Bush viste su discurso de medidas sociales para salvar el plan iraquí

Óscar Santamaría CORRESPONSAL | NUEVA YORK

INTERNACIONAL

KEVIN LAMARQUE

Ofreció su informe sobre el estado de la Unión con los niveles de apoyo por los suelos Promete más cobertura sanitaria y menos consumo de gasolina para ganar el respaldo del Congreso

23 ene 2007 . Actualizado a las 06:00 h.

George W. Bush lanzó ayer por la noche (madrugada en España) un triple mensaje durante el discurso anual sobre el estado de la Unión: a los ciudadanos, a los legisladores demócratas y a sus propias filas republicanas. En un intento desesperado por vender su nueva estrategia para Irak, envolvió su alocución con política doméstica, propuestas energéticas, de salud e inmigración. Bush reclamó dejar atrás los intereses partidistas y mirar por el bien del país. El mandatario ofreció su penúltimo discurso antes de dejar la Casa Blanca, por primera vez ante un Congreso dominado por los demócratas y con los niveles de popularidad más bajos en sus seis años en el Despacho Oval. El principal tema de la noche fue Irak y su recién anunciado plan para enviar 21.500 soldados más para intentar acabar con la violencia sectaria y estabilizar el país. Bush quiso convencer, una vez más, a los americanos que esa es la opción más acertada para cambiar el rumbo en Irak, a pesar de haber fallado en intentos anteriores. Más allá de la opinión pública, el tejano se dirigió a los demócratas y republicanos. Frente a los primeros, poco o nada consiguió, convencidos como están en dar la batalla en este asunto, conscientes de que fue lo que los llevó a controlar el Capitolio en las elecciones de noviembre. En ambas cámaras ya están listas resoluciones que, aunque no vinculantes, expresarán el rechazo al nuevo envío de tropas. Oposición La oposición también ha crecido en su propio partido, donde algunos congresistas y varios senadores ya han expresado su malestar anunciando que demandarán resultados concretos al plan de Bush. «Voy a recordar al Congreso que tenemos que mostrar al pueblo americano que somos capaces de conseguir algunas grandes cosas», dijo Bush en una entrevista en el USA Today publicada el lunes. «No hay duda de que existe mucho escepticismo entre los republicanos y los demócratas, y la mejor manera de convencerlos de que el plan tiene sentido es llevarlo a cabo y demostrarles que funciona», insistió el mandatario. Horas antes de su intervención, el general que supervisará el despliegue de las nuevas tropas pidió al pueblo estadounidense paciencia, reconociendo que «la situación en Irak es desastrosa». David Petraeus, que en breve tomará el mando del Ejército americano en el país árabe, señaló que los resultados no se verán en breve. «El camino por delante no será rápido ni fácil», dijo cuando fue duramente interrogado por el poderoso Comité de las Fuerzas Armadas. Por otro lado, sobre cuestiones domésticas, Bush tenía previsto explicar sus propuestas para aumentar el uso de fuentes alternativas de energía para recortar la dependencia del país en petróleo extranjero (entre otras cosas, disminuir el consumo de gasolina en un 20% en la próxima década) y su plan para reformar el sistema migratorio que contempla, además de medidas de refuerzo de la seguridad fronteriza, una vía para regularizar a 12 millones de indocumentados. Sobre el sistema público de salud, el presidente norteamericano quiere que cubra a más gente gracias a deducciones fiscales, un plan que no satisface ni a los liberales ni a los conservadores.