El primer ministro Haniya está dispuesto a dimitir si acaba el bloqueo a Palestina

Nidal al Mughrabi GAZA

INTERNACIONAL

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Asegura que el gobierno de unidad nacional con Al Fatah podrá estar listo en tres semanas España propone en la ONU una reunión internacional para poder reanudar el proceso de paz

10 nov 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

El primer ministro palestino, Ismail Haniya, confirmó ayer que está dispuesto a renunciar a su cargo si la comunidad internacional levanta el boicot económico y diplomático que impuso a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) desde que Hamás asumió el poder en marzo y después de que el Cuarteto de Madrid le exigiera el reconocimiento de Israel, la aceptación de los acuerdos firmados hasta ahora y la renuncia a la violencia. El líder del grupo radical añadió que esperaba que el gobierno de unidad que negocia con Al Fatah pueda estar listo en tres semanas, terminando con meses de negociaciones intermitentes y de enfrentamientos internos que han generado en temores a una guerra civil. El primer ministro dijo a los fieles en una mezquita en la franja de Gaza que las potencias occidentales no querían que él integrara el nuevo Gobierno. «Tienen una condición, que el bloqueo no será levantado a menos que cambie el primer ministro», señaló. Fuentes palestinas implicadas en las negociaciones para la formación del nuevo gobierno, ya habían adelantado que Haniya no será el próximo primer ministro. Las negociaciones se han acelerado después de que el jueves el líder del Hamás en el exilio, Jaled Mishal, dialogara con el presidente Mahmud Abas, -no lo hacía desde hace meses-a raíz de la muerte de 19 palestinos en un bombardeo israelí en Gaza. Hamás insiste en que nunca reconocerá a Israel ni se unirá a un gobierno que lo haga, por lo que no se sabe cómo se articulará el nuevo ejecutivo. España propuso ayer en el Consejo de Seguridad celebrar una conferencia internacional para reanudar el proceso de paz y reactivar la hoja de ruta diseñada por el Cuarteto (EE.UU., la ONU, la UE y Rusia). Hoy los gobernantes de la ANP y miles de palestinos acudirán a la tumba de Yaser Arafat en Ramala para conmemorar el segundo aniversario de su muerte. Su desaparición desembocó en violencia interna, crisis política y económica, hambre y guerra.