La Haya descarta que Milosevic muriese envenenado en prisión

Ya es oficial. Slobodan Milosevic no murió envenenado como denunció uno de sus asesores legales y tampoco se suicidó como insinuó la fiscal jefe del Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY), Carla del Ponte. El presidente del tribunal, Fausto Pocar afirmó ayer que el ex presidente serbio había muerto a causa de un infarto de miocardio y añadió que no había indicios de veneno o medicamentos prohibidos en su sangre que pudieran haberle causado la muerte. Pero el juez revelo que el TPIY había ordenado una auditoría externa sobre el funcionamiento del centro de detención de Scheveningen, donde Milosevic permaneció durante cuatro años y en una de cuyas celdas fue encontrado muerto. El martes pasado un funcionario del tribunal había revelado que en varias ocasiones se había encontrado en su celda medicamentos no prescritos y alcohol. Sin rastro de rifampicina «No hay ninguna evidencia de envenenamiento», afirmó el juez. «Los expertos encontraron una cierta cantidad de medicamentos prescritos en su cuerpo, pero no en una concentración tóxica», dijo Pocar al leer un resultado preliminar del examen toxicológico llevado a cabo por forenses holandés en presencia de colegas serbios. Añadió que tampoco se habían encontrado restos de rifampicina, antibiótico que anula los efectos de los fármacos contra problemas cardíacos. Mientras cientos de serbios siguen desfilando por el féretro del ex presidente, un alto responsable del Partido Socialista Serbio anunció que la familia de Milosevic no asistirá a los funerales el sábado debido a «amenazas». «A causa de las declaraciones contradictorias de las autoridades serbias, en particular sobre las amenazas y el chantaje a Mira Markovic (su viuda), en la práctica a la familia se le ha impedido asistir al funeral», declaró el socialista Milorad Vucelic. Tampoco Marko, quien vive en Rusia igual que su madre, asistirá hoy a las exequias.

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