Un año después del tsunami, la reconstrucción sigue siendo lenta

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Las naciones más afectadas del Índico todavía no tienen un sistema único de alertas España, con 17 millones, está a la cola de la ayuda humanitaria de los países ricos

25 dic 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

Un año después del maremoto que acabó con la vida de más de 220.000 personas en el sudeste asiático, un alto número de supervivientes viven todavía en condiciones precarias y la reconstrucción sigue siendo lenta e «inadecuada», según informes de las Naciones Unidas y distintas oenegés. El tsunami del 26 de diciembre del 2004 -la catástrofe natural que más fondos ha movilizado hasta la fecha- alcanzó la magnitud 9 en la escala de Richter y afectó sobre todo a Indonesia, Sri Lanka, Maldivas, Tailandia, Mianmar, Malasia, India y Somalia. La ayuda internacional sumó más de 5.000 millones de euros y los fondos fueron sobre todo privados, cuando lo habitual es que esta ayuda proceda de fuentes oficiales, según un informe realizado por Dara, agencia independiente de evaluación de desastres, para la Coalición de Evaluación del Tsunami, un equipo al que se unieron más de 50 agencias humanitarias para analizar la respuesta al maremoto. De acuerdo a ese estudio, España está a la cola de la ayuda humanitaria y no llega a los 17 millones de euros: 11,9 millones del Gobierno central y 4,8 millones de las comunidades y ayuntamientos. Sin alertas Mientras tanto, los países del océano Índico más castigados por el tsunami desarrollan por separado su propio método de alarma, después de fracasar al intentar establecer un sistema general. «Los unos desconfían de los otros a la hora de analizar los datos», señaló este mismo mes Ulrich Wolf, especialista de la Comisión Intergubernamental Oceanográfica de Naciones Unidas. Según los expertos, un sistema de alarma de tsunamis similar al que funciona en el océano Pacífico podría haber salvado muchas de las vidas que se perdieron aquel último domingo del año 2004. Por otro lado, la ayuda incontrolada puede generar también graves problemas. Es el caso de la provincia indonesia de Aceh, que dispondrá en breve de más barcos de los que tenía antes del maremoto al ofrecerle la comunidad internacional naves que se iban a desguazar. Esta medida podría acabar con la pesca de esa región, advirtieron varias organizaciones.