Latinoamérica, el club de las ilusiones muertas

Agustín Bottinelli CORRESPONSAL | BUENOS AIRES

INTERNACIONAL

MARCOS BRINDICCI

Análisis | La IV Cumbre de las Américas El último encuentro continental culmina en sonoro fracaso, con enfrentamientos entre muchos de los 34 países participantes

08 nov 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

La IV Cumbre de las Américas, celebrada hasta el pasado domingo en la ciudad argentina de Mar del Plata, dejó al descubierto mas discrepancias que coincidencias entre los 34 países participantes. La inclusión del ALCA (Area de Libre Comercio de las Américas) entre los temas a tratar generó una verdadera batalla que pasó más por lo ideológico que por lo económico. Estados Unidos quiso imponer su tratado de mercado continental -al que ya se adhirieron Canadá, México, Chile y los países del Caribe- pero encontró una dura resistencia por parte de los cuatro miembros de Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay) y de Venezuela. Al final de la cumbre las partes no alcanzaron siquiera el necesario consenso para elaborar un documento final que desmintiese el fracaso de la reunión. En sus minutos finales, con presidentes que abandonaban la mesa de negociaciones y lanzando declaraciones incendiarias, la Cumbre agonizaba por una exagerada ideologización entre las partes. Mientras Estados Unidos lograba convencer a 28 países para que apoyasen el ALCA, los cuatro países miembros de Mercosur quedaron aislados y con disputas internas. El protagonismo se lo llevó Venezuela con su coqueteo al sur y sus insultos al norte. Muchos esperaban que se hablara de creación de empleo, que era uno de los lemas de la Cumbre, y que los líderes se pusiesen a buscar rápidas soluciones a un panorama económico dramático. Las cifras cantan por si solas. Los países de América latina tienen una deuda acumulada de 792.000 millones de dólares que pesa sobre sus casi 500 millones de habitantes. Además, Latinoamérica es la zona del planeta con mayor desigualdad social. Ambos datos reflejan la gran equivocación de los presidentes latinoamericanos en Mar del Plata: perder el tiempo discutiendo sólo de asuntos partidistas. Heridas abiertas Mientras las noticias hablaban de la lucha de las naciones a favor de ALCA contra el resto, asuntos muy graves sólo fueron tratados entre bambalinas. Eso hizo abrir aún más las heridas que diferencian a países «hermanos». Un buen ejemplo ha sido la decisión del presidente peruano Alejandro Toledo de ampliar la soberanía de su país sobre el mar. Ello afecta a la seguridad de Chile y ha generado un fuerte conflicto fronterizo que puede derivar en un enfrentamiento armado. Toledo quiere recuperar popularidad al estilo de Galtieri, cuando este general argentino invadió las islas Malvinas para darle oxígeno a una dictadura que se caía a pedazos. Además, esta disputa también cierra definitivamente el corredor al mar que reclama Bolivia. Rosario de conflictos Entre el rosario de conflictos destaca el duro cruce diplomático que vive Uruguay con Argentina por la instalación de dos industrias papeleras. Los argentinos advierten de que contaminarán las aguas del río Uruguay. Otro punto negro es que Paraguay ha dado el visto bueno para la instalación en su territorio de una base norteamericana, con la firme desaprobación de Brasil y Argentina. Esto sin contar que Haití sigue agonizando por la ausencia de ayudas y que Venezuela depende de las ocurrencias de Hugo Chávez para salir de su aislamiento continental.