Treinta y dos muertos en un motín en una cárcel argentina

La Voz AFP | BUENOS AIRES

INTERNACIONAL

Los presos, hacinados en una sala sin celdas, provocaron un incendio La negativa a ampliar el horario de visitas el Día de la Madre pudo causar la revuelta

16 oct 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

Al menos 32 personas murieron en el motín y posterior incendio registrados en la noche del sábado en la cárcel de Magdalena, 65 kilómetros al sur de la capital argentina. El ministro de Justicia de Buenos Aires, Eduardo Di Rocco, explicó que faltan por identificar nueve de las víctimas mortales e indicó que hubo además seis heridos, entre ellos el jefe del penal, que se encuentra internado en grave estado con traumatismo de cráneo. De acuerdo con las primeras investigaciones, las muertes se produjeron por inhalación de monóxido de carbono, producto del fuego que provocaron los mismos internos al quemar ropa y colchones durante una reyerta que se originó en el pabellón 16, informó el ministro. La causa del motín pudo ser la negativa de la dirección de la prisión a extender el horario de visitas ayer domingo por el Día de la Madre, aunque Di Rocco se limitó a decir que los incidentes fueron provocados por «una pelea entre internos». Preguntado sobre si los detenidos se habían quedado atrapados y nadie había abierto las puertas del pabellón, explicó que personal judicial se encontraba en el lugar recabando pruebas para establecer qué había sucedido. «Eso está siendo investigado», señaló la autoridad. El pabellón 16, que aloja presos que no tienen problemas de conducta, es una enorme sala donde están internados 60 reclusos sin celdas individuales. Escenas de angustia Decenas de familiares, en especial mujeres que tenían previsto visitar a sus hijos, vivieron desde la medianoche del sábado escenas de angustia y desesperación en las puertas de la cárcel, adonde intentaban entrar superando la barrera de gendarmes. «Los cadáveres estaban desparramados en el suelo y había gente moribunda», dijo a la prensa sollozando una mujer con un niño en brazos en los portones de la cárcel. Madre de un joven presidiario al que se negaba a identificar ante las cámaras de la televisión por temor a represalias, fue una de las pocas que había atravesado a la carrera la entrada de la prisión durante la madrugada y alcanzado la zona de pabellones. El penal de Magdalena, que hasta hace unos años funcionó como cárcel militar, fue reacondicionado y actualmente aloja a unos 3.000 presos. Las autoridades consiguieron retomar por la mañana el control de la cárcel, que durante toda la noche había estado en manos de los reclusos. El motín de Magdalena es una de las mayores tragedias ocurridas en las cárceles argentinas. El más sangriento se produjo en el penal porteño de Villa Devoto en marzo de 1978 y murieron 61 personas. Otra de las revueltas más trágicas ocurrió el 6 de mayo de 1990 en el penal de Olmos, en la provincia de Buenos Aires, con un saldo de 33 muertos. En lo que va del año, 14 presos resultaron muertos y varios heridos graves en la penitenciaría de Coronda, provincia de Santa Fe (centro). Dos meses antes, en el penal del barrio San Martín de Córdoba (centro), una revuelta había dejado un saldo de 8 muertos y unos 35 heridos. Organizaciones de derechos humanos han denunciado la situación por la que atraviesa la población carcelaria.