La Unión Europea mantiene sus discrepancias sobre el ingreso turco

Domingos Sampedro
Domingos Sampedro CORRESPONSAL EN BRUSELAS

INTERNACIONAL

13 dic 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

Unos lo ven como un choque entre el mundo cristiano y el islámico. Otros como un enfrentamiento entre el europeísmo y el atlantismo, o incluso entre la ciudadanía y los gobiernos. Pero lo cierto es que el delicado asunto de Turquía no deja a nadie indiferente. Los ministros de Exteriores de la Unión Europea (UE) constataron ayer en Bruselas las discrepancias que mantienen los Veinticinco respecto a las negociaciones de adhesión con Ankara, a tres días vista de que los líderes comunitarios tengan que tomar su decisión al respecto. El Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores no logró limar ayer las grandes asperezas que mantienen algunos países sobre el mensaje que se le ha de trasladar a Turquía. Aunque la opinión mayoritaria pasa por invitar a que Ankara inicie sus negociaciones para adherirse a la UE a partir del 2014, socios como Francia no quieren prejuzgar que el final de esta negociaciones sea la adhesión, pues hablan incluso de una «asociación privilegiada». El ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, se puso ayer al lado de países como el Reino Unido o Alemania al defender la apertura de las negociaciones con Turquía, y que «tengan un solo objetivo, que es la adhesión». Chipre, amparado también por varios países, exige a su vez que Ankara reconozca al Gobierno grecochipriota de la isla como condición para abrir conversaciones, mientras el jefe de la diplomacia francesa, Michel Barnier, incluso puso ayer como condición que Turquía asuma sus responsabilidades en el genocidio de Armenia. Los chipriotas pretenden que el Gobierno turco amplie a los diez nuevos países de la Unión Europea el acuerdo de unión aduanera que mantienen Turquía y la UE, según indicó en Bruselas el ministro chipriota de Asuntos Exteriores, George Iacovou. En cualquier caso, la presidencia holandesa logró ayer acercar posturas, aunque sin precisar en qué términos, y todo parece indicar que la gran incógnita será decidir en qué fecha puede empezar Turquía a negociar con la UE.