«No sé por qué fuimos a la guerra de Irak. Nunca lo entendí. El problema estaba en Afganistán. Sadam Huseín era un torturador, pero no suponía ninguna amenaza».
La ex embajadora de Estados Unidos ante la ONU y ex secretaria de Estado en el Gobierno de Bill Clinton, Madeleine Albright, dijo que no le gustaba arremeter contra su país desde el extranjero. Pero ayer no lo cumplió.
«Yo he sido muy crítica con Sadam Huseín, sin embargo los atentados del 11-S están más relacionados con los talibanes; la respuesta tendría que haber ido por ahí», explicó durante la multitudinaria presentación en Madrid de su libro de «Madeleine Albright. Memorias. La mujer más poderosa de Estados Unidos».
«El ataque a Irak fue una opción, no una necesidad», sentenció. Considera que Sadam «debería haber sido juzgado en un tribunal internacional, como Milosevic».
Nacida en Praga, en 1937, y descendiente de judíos, la joven Madeleine conoció dos veces el exilio. Su familia huyó de Hitler, tras la invasión de su país por los nazis. Y concluida la Segunda Guerra Mundial tuvieron que huir del régimen comunista.
«Siempre he valorado el apego de las personas a sus raíces, porque yo sufrí el trauma de que me las arrancaran cuando era una niña».
El libro combina reflexiones profesionales con recuerdos y entresijos de la política. «He tratado de ser sincera, aunque para ello haya tenido que ser inflexible». Reconoce que al redactar el libro se aferró al consejo de Gabriel García Márquez: «Cuando escribas tus memorias, recuerda: no te enfurezcas».
Apuesta por Kerry
No disimula que en las elecciones de noviembre a la presidencia de Estados Unidos le gustaría que ganase el demócrata, John Kerry. «Él cree que las acciones en el extranjero deben tener un consenso multilateral, y estoy de acuerdo con él; también en que Europa y Estados Unidos deben tirar del mismo carro y nunca en direcciones opuestas».
Le horroriza la carrera armamentística de Bush. «Estados Unidos es una gran nación, pero no por su armamento, y esto es algo que Kerry quiere explicarle al mundo».
Personalidad
En el libro cuenta que fue una jovencita