Chirac nombra un nuevo Gobierno para afrontar los comicios europeos

Maía Esperanza Suárez CORRESPONSAL | PARÍS

INTERNACIONAL

PATRICK KOVARIK

El popular Sarkozy será el número dos del Ejecutivo francés con rango de ministro de Estado De Villepin ejercerá de contrapeso a las ambiciones del superministro

31 mar 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

El empleo y la recuperación económica son las prioridades que se ha marcado el presidente francés, Jacques Chirac, a la hora de nombrar un nuevo Gobierno formado por políticos profesionales. Además de hacerse con la cartera de Economía, Finanzas e Industria, el popular Nicolás Sarkozy se convierte en el número dos del Ejecutivo al ser ascendido a ministro de Estado. La remodelación confirmada anoche supone también la reafirmación de otros dos pesos pesados del anterior gabinete: François Fillon, que fue capaz de sacar adelante una draconiana reforma del sistema de pensiones conquistando a una parte de los sindicatos, tendrá ahora como misión la pacificación de uno de los sectores más combativos, la enseñanza pública, y conservará su categoría de número tres del Ejecutivo desde el Ministerio de Educación. Dominique de Villepin, que habla un excelente castellano, se hace cargo de Interior desde la confianza que en él tiene el presidente de la República, del que ya fuera jefe de gabinete, y servirá de contrapeso en los consejos de ministros a las ambiciones de Sarkozy. Chirac ha decidido apostar fuerte en otra de las áreas de descontento ciudadano y se ha fijado en un hombre con una gestión espectacular para ponerle al frente de Empleo, Trabajo y Cohesión Social. Se trata de Jean-Louis Borloo, que llegó a la alcaldía de una ciudad deprimida como Valenciannes y consiguió su recuperación urbanística y económica con la instalación de la fábrica de Toyota. El objetivo presidencial en la cartera de Exteriores parece también evidente. El hasta ahora comisario Michel Barnier se encargará de centrar el debate en la construcción europea para que las próximas elecciones de junio al Parlamento de Estrasburgo no se conviertan de nuevo en un examen para la contestada política interna del Gobierno. Para otra de las grandes tareas pendientes, la reforma de la Seguridad Social, el elegido viene de las filas del partido. Será su secretario general, Philippe Douste-Blazy, el heredero de un Ministerio de Sanidad seriamente tocado por los 15.000 muertos de la canícula del verano pasado.