Han tenido que entregar el pasaporte para pedir permiso de residencia y sin él no pueden regresar a España Afirman que hasta ahora era suficiente una fotocopia del pasaporte para moverse por el país
11 mar 2004 . Actualizado a las 06:00 h.El supuesto intento de golpe de Estado en Guinea Ecuatorial por unos mercenarios, y en el que estarían implicados los servicios secretos españoles, británicos y la CIA estadounidense, según el Gobierno de Zimbabue, ha convertido la situación en «irrespirable» para varios trabajadores españoles que en estos momentos están en Malabo, la capital ecuatoguineana. En concreto, empleados de la empresa española Isolux y de Premonor, esta última de San Pedro de Nós (Oleiros), que trabajan para el Gobierno de Teodoro Obiang en la instalacción de turbinas para suministrar energía al aeropuerto de Malabo y a toda la isla, han asegurado que se están tomando represalias contra los españoles que están allí. Piden el anonimato para efectuar declaraciones, ni siquiera la publicación de iniciales de sus nombres les parece oportuno, «por miedo a represalias». Se trata de al menos ocho trabajadores, seis de ellos gallegos (de Arteixo, Muxía, Ferrol, Vigo, A Coruña). De los otros dos restantes, uno es de León y el otro de Italia. Alguno lleva trabajando en Malabo desde mayo del año pasado, entrando y saliendo del país sin problemas. Ahora, aseguran, están «confundidos, con miedo». Fotocopia del pasaporte «Antes para moverse por el país era suficiente con una fotocopia del pasaporte, incluso para ir al banco, pero ahora para los españoles no es suficiente ni con el original del pasaporte», asegura. Según explica, el miércoles se promulgó una nueva ley que les exige un papel de residencia, que lleva días tramitarlo, y para conseguirlo hay que entregar el pasaporte, con lo cual se quedan sólo con un resguardo de la solicitud. Afirman que los militares están nerviosos, buscan a alguien y se dedican a localizar a españoles, a pedirles la documentación y a registrarlos. Entienden que «el lugar más seguro para dormir es la caseta de la obra», porque en los hoteles los registros son continuos. Detenido una hora Ayer, uno de los compañeros, un gallego, fue detenido y quedó en libertad una hora más tarde gracias a los buenos oficios del cónsul español, José Ornedo. El obrero llevaba consigo únicamente la fotocopia del pasaporte, como era habitual y suficiente hasta ahora, afirman. Cuando se localizó en su casa el original quedó en libertad. Entienden que las detenciones se han vuelto arbitrarias y tienen miedo a llevar consigo únicamente el resguardo de haber solicitado la residencia, por si lo pierden. Aunque todavía queda trabajo, quieren regresar a España hasta que «se arregle esto», pero, según afirman, algunos se sienten perseguidos y atrapados. «No se ve gente por la calle como antes, sólo muchos militares, asegura uno, y eso impone». Los vuelos a España son los lunes, miércoles, viernes y domingos, pero el de hoy lo daban ayer por perdido, puesto que no les llegaron los documentos acreditativos de la residencia y, por tanto están sin pasaportes, y sin él no pueden abandonar el país. «No nos podemos arriesgar a llegar al aeropuerto, el cónsul y el jefe de policía no nos pueden asegurar que podamos coger el vuelo de Spanair». Confían en que el lunes se resuelva la documentación y poder regresas. Los numerosos intentos de esta Redacción por contactar con algún responsable de la Embajada española en Malabo durante la tarde de ayer resultaron infructuosos. El funcionario que respondió al teléfono, también gallego, remitió en todo momento a la Oficina Diplomática en Madrid, donde los funcionarios estaban sobresaturados con informaciones del atentado de Madrid y no pudieron facilitar nuevos datos de la situación de la colonia española en la isla ecuatoguineana.