La oposición de Georgia se lanza a forzar la salida de Shevardnadze

Misha Vignanski TIFLIS

INTERNACIONAL

GLEB GARANICH

El presidente advierte del peligro de una guerra civil El llamamiento a la desobediencia civil comenzó con una marcha por las sedes del poder.

14 nov 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

La oposición georgiana quemó ayer los últimos puentes y se lanzó a la conquista del poder con una campaña de desobediencia civil y con la dimisión del presidente de Georgia, Eduard Shevardnadze, como objetivo inmediato. En medio de la grave crisis política desatada tras los recientes comicios parlamentarios, Shevardnadze advirtió del peligro de una «guerra civil» y envío para consultas a Moscú a un emisario al que, según sus opositores, prepara como su sucesor. Hasta 20.000 partidarios de la oposición, que acusa al poder de fraude en las elecciones del pasado día 2, exigieron en Tiflis la salida de Shevardnadze, la convocatoria de nuevas elecciones y la formación de un Gobierno de unidad nacional. Despliegue Aunque los manifestantes prometían limitarse a una «acción pacífica», el Ministerio del Interior dijo tener datos de que opositores armados podían causar disturbios y «lanzarse al asalto» de la sede de la Presidencia. El ministerio desplegó unidades antidisturbios en los accesos a la presidencia y su titular, Koba Narchemashvili, advirtió de que no dudaría en «utilizar la fuerza» si los manifestantes intentaban romper el triple cerco policial. «Hoy o mañana, el presidente tendrá que marcharse», afirmó Mijail Saakashvili, líder del nacionalista Movimiento Nacional, que encabeza las protestas callejeras. En su opinión, Shevardnadze puede «compartir la suerte de Nicolae Ceaucescu», el dictador rumano fusilado tras el levantamiento de 1989. Pero la sangre no llegó al río, y seis horas más tarde los manifestantes se disolvieron tras llamar al Ejército a «desobedecer al presidente». «No dimitiré; sería una falta de responsabilidad. Tampoco correré la suerte de Ceaucescu o de Slobodan Milosevic», respondió el líder georgiano. En Georgia, existe «el peligro real de que la confrontación política degenere en una guerra civil», añadió en un mensaje televisivo. «Estoy dispuesto a dialogar con quien sea, con tal de que no haya una guerra», indicó. Otro motivo de preocupación de los opositores es la alianza que Shevardnadze logró forjar con el poderoso líder de la región autónoma de Adzharia, Aslán Abashidze. Según Saakashvili, Shevardnadze acordó con Abashidze nombrarlo presidente del Legislativo (cuyo titular sucede al jefe de Estado en caso de dimisión) y nombrar a sus hombres al frente de Interior y Seguridad.