Una niña de 13 años sobrevivió cinco días tras el terremoto de Argelia comiendo los dulces que vendía

P. Soto | M. Ostos ARGEL

INTERNACIONAL

PHILIPPE DESMAZES | AFP

26 may 2003 . Actualizado a las 07:00 h.

Cuando los equipos de rescate extranjeros, entre ellos los españoles, abandonaban la zona afectada por el terremoto que devastó Argelia el pasado miércoles, ya que el tiempo transcurrido hace improbable que haya supervivientes, ocurren hechos milagrosos como el acontecido ayer en Bumerdés. A los cinco días del seísmo, fue rescatada con heridas no muy graves una niña de 13 años. La niña consiguió vivir gracias a los dulces y las tortas que vendía, preparados por su madre para ayudar a su familia, de escasos recursos. Su milagroso salvamento ha emocionado a la población de Bumerdés, que se ha volcado para ayudarla. El rescate de la niña ayer y el de una mujer la noche anterior ha aumentado la cólera de los argelinos por la incompetencia del Gobierno que, de haber hecho frente a sus responsabilidades, podrían haberse salvado muchas más víctimas. Mientras los equipos de rescate, tanto locales como extranjeros, se han dejado la piel noche y día con la ayuda desinteresada de miles de ciudadanos, el Gobierno de Buteflika pide «paciencia» a la población. Apoyo islámico El descontento popular no para y la prensa acusa al régimen de «incompetente» y de hacer la vista gorda a la corrupción y a los constructores sin escrúpulos que edifican casas y edificios sin los permisos adecuados y sin respetar las normas antisísmicas que contempla la propia legislación argelina. «Lo que está pasando es terrible. Nos sentimos totalmente desprotegidos. El Gobierno no nos ayuda y promete lo que sabemos que no va a cumplir», manifiesta H. Benmessaoudi, una mujer de 40 años, traductora de profesión y residente en el popular barrio de Belcourt, uno de los más castigados de Argel. La situación de muchos habitantes de las zonas golpeadas por el seísmo es insostenible y escandalosa. Los islamistas se aprovechan de la ausencia del Estado para ayudar a los damnificados. Es el caso de la localidad de Zemmouri, en el epicentro del terremoto, donde los islamistas han reactivado las redes de apoyo a los sectores sociales más desfavorecidos. , que tanto poder social y político les dieron hace unos años.