Prodi defiende una Europa más federal, pero sin un presidente fijo

Domingos Sampedro
Domingos Sampedro CORRESPONSAL | BRUSELAS

INTERNACIONAL

El responsable de la Comisión quiere que el cargo que ocupa sea elegido por la Eurocámara Su propuesta constitucional difiere de la de Aznar y Giscard d'Estaign

05 dic 2002 . Actualizado a las 06:00 h.

Después de meses dedicados a la reflexión y a escuchar lo que decían los demás, Il professore sale al encerado. El presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, pintó ayer en la pizarra el esquema institucional de la futura Unión Europea (UE), un proyecto que para él y sus colaboradores pasa por elaborar un marco constitucional más federal y una Comunidad más sólida y potente, que sea capaz de hablarle al mundo con una sola voz y no con quince diferentes. Primero, en una comparecencia ante el Parlamento Europeo, y, después, en otra ante los periodistas, Romano Prodi fue desgranando poco a poco los pilares básicos de su visión europea que, para decirlo todo, entra en clara contradicción con la propuesta constitucional hecha por el presidente de la Convención, Valery Giscard d'Estaing, y con la defendida por España, Francia y el Reino Unido. Prodi aboga porque el cargo que ocupa, el de presidente de la Comisión, sea elegido por dos tercios de la Eurocámara en una votación secreta. Cree que así se reforzaría la legitimidad política del futuro mandatario y se pondría fin al espectáculo, muchas veces bochornoso, de que los Estados designen al nuevo presidente del Ejecutivo tras la típica terna de nombres y el intercambio de estampitas. Eso sí, Prodi acepta que tanto el Consejo Europeo -formado por los líderes de cada Estado- como el Parlamento tenga el derecho a presentar una moción de censura contra la Comisión. Presidencias rotatorias En lo que ya no está tan de acuerdo el veterano político italiano es que haya un presidente de Europa, algo que propugnaba Giscard, así como Madrid, París y Londres. Pese a que el propio José María Aznar es una de las personas que compiten por este puesto, aunque de manera extraoficial, Prodi considera más conveniente dejar las cosas como están, o sea, mantener las presidencias rotatorias de cada país (que actualmente duran seis meses) y limitarse a reforzar el papel del secretario de la Unión Europea, es decir, el de Javier Solana. Según la visión de Prodi, el Solana del futuro sería el jefe de la diplomacia comunitaria, pero también el comisario de Relaciones. Es más, podría representar a la UE en asuntos económicos y ser incluso el rostro del euro. «Necesitamos simplicidad, un único actor en la escena internacional», manifestó Prodi, que considera fundamental este requisito para que Europa se convierta en una verdadera superpotencia. La contribución de Prodi al debate sobre el futuro de Europa fue también defendida por el comisario de Política Regional, el francés Michel Barnier, y por el de Justicia e Interior, el portugués António Vitorino. Los tres abogaron claramente por restringir los acuerdos por unanimidad y el derecho de veto en el seno del Consejo. «Los momentos más oscuros e ínfimos de la historia de la Unión están relacionados con la unanimidad y el veto», predicó Prodi, que prefiere la fórmula de la doble mayoría simple -tanto de Estados como de población- para tomar las decisiones europeas.