«Milosevic es un artista de la supervivencia»

MAITE RODAL LA HAYA. ESPECIAL PARA LA VOZ

INTERNACIONAL

M.R.

Mijail Wladimiroff, «amicus curiae» en el proceso contra el ex-presidente yugoslavo en el TPIY Hace ya un año que Slobodan Milosevic está en la cárcel de La Haya. Durante los seis primeros meses de su juicio, más de 90 testigos han declarado en su contra. Pero él sigue fiel a su principio de defenderse a sí mismo y de ganarse al público en lugar de a los jueces del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY). Pero ¿tiene el ex-líder serbio una estrategia clara? ¿Y los fiscales, son eficientes? Mijail Wladimiroff, uno de los tres «amici curiae» (amigos de la Corte), revela los asuntos que se tejen entre bastidores. Como asesor, y no defensor, de Milosevic tiene claro que es «un artista de la supervivencia».

20 jul 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

Wladimiroff responde afablemente sentado tras su mesa de abogado. El despacho está lleno de dosieres sobre el caso Milosevic: mociones que responder, cartas que archivar¿ Este hombre de 57 años e hijo de un refugiado ruso que recorrió medio mundo hasta asentarse en Holanda, tiene el privilegio de seguir desde dentro el juicio contra el ex-líder yugoslavo. Junto con el británico Steven Kay y el serbio Branislav Tapuskovic, es uno de los amigos de la Corte _ amicus curiae_ que fueron asignados por los jueces de TPIY para asesorarles y garantizar que Milosevic tenga un juicio justo. -Es la primera vez que la figura de los «amicus» aparece en un juicio del TPIY, ¿cuál es su papel exactamente? -Nuestra posición es neutral. No podremos decir si el acusado es culpable o inocente. Solamente intervenimos para facilitar a los jueces tomar decisiones equilibradas. Tampoco somos los abogados defensores de Milosevic. Nuestra estrategia es clara: no tenemos una relación legal con él, no es nuestro cliente. Él tiene el derecho de defenderse y nosotros no debemos interferir. Nuestro compañero serbio Tapuskovic tuvo al principio algún problema. -¿Qué opina Milosevic del cometido de los «amicus»? -Por una parte, le agrada nuestra actitud, pero por otra dice: «Están interfiriendo en mis asuntos, ustedes no me representan». -¿Pueden los «amicus» llamar a testigos? -Cuando Milosevic empiece a presentar su caso, lo que ocurrirá en abril del 2003, tenemos que señalar a la Corte aspectos que podrían mejorar su defensa, lo cual incluye llamar a testigos. -¿Qué estrategia sigue el acusado en su defensa? -Si alguien me pregunta cuál es su defensa, debo contestar que no tengo ni idea. Creo que intenta decir: «yo no lo hice» pero ésta no es la respuesta adecuada, porque el juez no considera si él ha matado ha alguien, sino si él es responsable. Hasta ahora, simplemente está negando que todas estas acciones hayan ocurrido. Es como si alguien en Alemania dice «no hubo un Auschwitz». -Sin embargo, parece que cumple muy bien su papel de abogado defensor¿ -Para el público, lo está haciendo bien. De hecho, para ser alguien que no es un abogado con experiencia, alguien que ha estudiado Derecho pero que no lo practica, lo está haciendo muy bien. Pero desde la perspectiva de un profesional, la respuesta es diferente. Milosevic se dirige a la nación, no al tribunal. Está recurriendo a lo que denominamos semáforo en rojo , lo que consiste en denegar la culpabilidad y decir que el otro también es culpable. -¿Se puede sentir simpatía por él? -No es una cuestión sobre sentir o no, sino de entender cómo funciona. Lo veo como un artista de la supervivencia. Por eso ha sobrevivido en la política tantos años. Reconozco que tiene el instinto adecuado para saber qué hacer cuando tiene problemas. -¿Que hay de los fiscales? -En mi opinión, el error de los fiscales, que está costando tantas peleas entre la Corte y la fiscalía, es que parecen querer escribir el libro de la historia de Kosovo, de Bosnia y Croacia en detalle. Pero sólo hay que probar lo que ha ocurrido. Y qué tiene que ver Milosevic con eso. -¿Cuáles son los obstáculos mayores para los fiscales? -Si no hubiesen sido tan ambiciosos, sino más selectivos y abarcar en vez de todos los crímenes cometidos, por ejemplo, 10 en Bosnia, 10 en Kosovo y 10 en Croacia, su labor hubiese sido mucho más fácil. Eso les hace perder información valiosísima. Otro problema es encontrar testigos capaces de contar su historia y de enfrentarse a Milosevic.