Slobodan Milosevic se enfrentó ayer por cuarta vez al Tribunal Penal Internacional para la ex-Yugoslavia, esta vez para escuchar la acusación de genocidio en Bosnia. Pero, como en las tres ocasiones anteriores, volvió a negar la autoridad del tribunal. «Me gustaría decirle al juez Richard May que lo que hemos escuchado es un absurdo supremo», dijo Milosevic al responder a una pregunta del juez que deseaba saber si el reo se declaraba inocente o culpable. «Deberían darme crédito por la paz en Bosnia y no por la guerra», añadió. La Corte comunicó ayer a Milosevic el cargo de genocidio y otros 28 delitos de los que se le acusa. Éste no manifestó gesto alguno de congoja o arrepentimiento cuando escuchó la relación de los episodios más oscuros de la limpieza étnica, que tuvieron lugar en los tres años de la guerra.