El presidente de Yugoslavia, Vojislav Kostunica, después de sufrir la primera gran crisis política de su Gobierno, originada por la entrega de Slobodan Milosevic a La Haya, dio ayer los primeros pasos para intentar formar un nuevo gobierno, al reunirse con los representantes de la Alianza Democrática de Serbia (DOS). El Gobierno de Kostunica se colapsó el viernes pasado, cuando el socio minoritario de la DOS, el partido Socialista Popular de Montenegro, se retiró para protestar por la decisión adoptada por los partidos reformistas de entregar a Milosevic en contra del Tribunal Constitucional. Kostunica también se unió al coro de críticas y calificó la medida como «ilegal». Pero ayer, señaló que la primera tarea del gobierno será redefinir las relaciones entre Serbia y Montenegro. El primer ministro serbio, Zoran Djindjic, advirtió que si Montenegro no estaba de acuerdo en reformar la federación, las dos repúblicas podían separarse, una medida que marcaría la defunción definitiva de la federación yugoslava.