El ex-presidente yugoslavo Slobodan Milosevic se negó a recibir ayer el acta de demanda de extradición del Tribunal de La Haya de crímenes de guerra que intentó entregarle el juez de instrucción, Goran Cavlin. Uno de sus once abogados defensores, Zdenko Tomanovic, dijo que Milosevic exige la sustitución del juez de instrucción, del presidente del juzgado de Belgrado y del fiscal, lo que algunos comentaristas consideran una táctica dilatoria. Mientras, unos 2.000 partidarios del ex-presidente yugoslavo volvieron a salir ayer a las calles de Belgrado para exigir que no se le envíe a La Haya. El Tribunal Constitucional se pronunciará hoy al mediodía acerca de la constitucionalidad del decreto que el Gobierno yugoslavo aprobó el pasado sábado, y que abrió las puertas a la extradición de Milosevic a La Haya. Según medios próximos al Constitucional, la corte optará por dejar en suspenso el decreto sin anularlo, mientras delibera sobre su constitucionalidad. «Milosevic sigue sin creer que será extraditado porque tiene confianza en la Constitución de este país», declaró hoy Veselin Cerovic, otro de los letrados. El ex-presidente está en prisión preventiva desde el pasado 1 de abril por algo que nada tiene que ver con el Tribunal de La Haya, ya que se le instruye una causa por supuesto abuso de poder y malversación.