Milosevic dice que no irá vivo a prisión

ENRIQUE MÜLLER BERLÍN

INTERNACIONAL

JEROME DELAY / SASA STANKOVIC / OLEG POPOV

ACOSO A UN CRIMINAL DE GUERRA El ex-presidente de Yugoslavia permanece atrincherado en su residencia de Belgrado protegido por sus leales Slobodan Milosevic, el ex-presidente de Yugoslavia, comenzó a vivir, desde la madrugada del sábado, la batalla más crucial de toda su vida para evitar ser enviado a la cárcel y quizás ser extraditado a La Haya. Después de dos intentos fracasados para detenerlo en su casa, donde permanece atrincherado, el político serbio de 59 años despreció la legalidad de las nuevas autoridades del país, a las cuales calificó de siervos de la OTAN y prometió que no llegaría vivo a una cárcel. Milosevic, rodeado de un cuerpo especial de la policía que le es leal, se atrincheró en su lujosa residencia del barrio de Dedinje.

31 mar 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

Milosevic también cuenta con el apoyo de un número no precisado de fanáticos que han jurado defender al político con sus vidas si la Policía serbia intenta nuevamente arrestarlo. «Defenderemos a nuestro supremo comandante con nuestras vidas, nuestro corazón y amor por nuestra patria», señaló Sinisa Vucinic, un ex-paramilitar serbio que luchó en Bosnia y que ahora dirige la «Guardia popular», un grupo de civiles que custodia la residencia del ex-dictador. Slobodan Milosevic, el político serbio que sembró la muerte en la antigua Yugoslavia, puede correr el mismo destino que el ex-general Noriega en Panamá si acepta rendirse a la justicia de su país. Pero el ex-presidente yugoslavo también puede tener el mismo fin que Hitler, el dictador que se suicidó en su refugio de Berlín para no caer en manos del Ejército Rojo. No hay que olvidar que sus padres también se quitaron la vida. Una cosa es segura desde la madrugada del sábado pasado, Slobodan Milosevic perdió su última batalla y se quedó sin futuro. La única posibilidad que le queda, para evitar la cárcel o el suicidio, es una guerra civil, algo poco probable en un país que quedó destrozado a causa de su política. Justicia «No llegaré vivo a la cárcel» dijo Milosevic a un magistrado que llegó hasta su casa. «Mientras no decida voluntariamente presentarse ante un juez, Milosevic se encuentra oficialmente bajo arresto domiciliario», replicó el ministro del Interior serbio, Dusan Mihajlovic, después de fracasar dos veces consecutivas en capturarlo. «Informes de inteligencia nos dicen que existe una gran cantidad de municiones, armas y explosivos en el interior de la residencia», dijo el primer ministro serbio, Zoran Djindjic, el político que ordenó la detención. Añadió que Milosevic no sería enviado a La Haya, tal como lo exige Estados Unidos.