Fieles a Milosevic montan guardia frente a su residencia para evitar que sea detenido

JUAN F. ELORRIAGA. Efe BELGRADO

INTERNACIONAL

SRDJAN ILIC / AP

La coalición de gobierno afirma que es inminente su arresto por los delitos de asesinato, fraude fiscal y malversación de fondos públicos Medio centenar de simpatizantes del Partido Socialista Serbio de Slobodan Milosevic montan guardia desde ayer ante la residencia del ex-presidente yugoslavo para impedir que sea detenido. Los congregados, que se autodenominan «guardianes del pueblo», afirman que mantendrán piquetes de vigilancia día y noche después de que un portavoz de Oposición Democrática de Serbia (DOS), la coalición que agrupa a los dieciocho partidos políticos que gobiernan el país, asegurase el jueves que Milosevic será detenido, como muy tarde, el próximo día 10 acusado de asesinato, desaparición, fraude fiscal y malversación de caudales públicos.

01 mar 2001 . Actualizado a las 06:00 h.

El presidente del minoritario Partido de Izquierda Radical, Sinisa Vucinic, declaró que sus militantes disponen de 50.000 fusiles para defender a su líder, que sigue viviendo en la residencia oficial que ocupaba cuando estaba en el poder. Entre los congregados está el ex-ministro del Interior Vlajko Stojilkovic. La posible detención, e incluso la extradición, del ex-presidente empieza a ser aceptada con normalidad por la opinión pública y acapara la atención de la prensa serbia. La acusación contra Slobo Milosevic debe ser preparada con gran meticulosidad para que no sea rebatida por falta de pruebas, según expertos legales. El ex-presidente cuenta con buenos abogados y los cargos contra él tendrán que estar bien argumentados, por lo que hasta ahora sólo aparece como medianamente sólido el de la presunta compra fraudulenta de su lujosa residencia de la calle Tolstoy. Ayer, la fiscalía abrió una investigación sobre la desaparición de 173 kilos de oro de una mina estatal a finales de septiembre pasado, supuestamente enviados al extranjero en provecho de Milosevic. Su implicación en el supuesto atentado contra quien en 1999 era líder de la oposición, Vuk Draskovic, es difícil de probar. Tampoco será fácil atribuir a Slobo el asesinato de Slavko Curuvija, dueño de un periódico, ex-allegado a los círculos de su esposa Mirjana Markovic y antiguo empleado de los servicios secretos. Lo más fácil sería entregar a Milosevic al Tribunal Internacional de La Haya, pero su sucesor, Vojislav Kostunica, considera que ese foro es antiserbio e ilegal. Micrófonos en la embajada El nuevo ministro serbio del Interior, Dusan Mihailovic, comentó al embajador de España en Yugoslavia, Mariano García Muñoz, que «habrá noticias dentro de poco» sobre los sospechosos de la anterior Administración. Pero Mihajlovic dijo que las cosas no son tan fáciles, y negó haber hallado hasta ahora pruebas concretas en los cajones de su ministerio sobre la autoría de los delitos. El ministro lamentó que en la embajada de España se encontraran hace unas semanas micrófonos empotrados en las paredes, y aseguró que en el futuro la intimidad y los derechos democráticos serán respetados.