Los países balcánicos arropan la entrada de Yugoslavia en el Pacto de Estabilidad

WILLIAM MYERS. Efe SKOPJE

INTERNACIONAL

GEORGI LIKOVSKI / EFE

Albania, Croacia y Turquía expresaron sus demandas al nuevo presidente, Vojislav Kostunica Yugoslavia, ahora que se ha quitado de en medio a Slobodan Milosevic, inició ayer su reintegración con el vecindario en una «cumbre de celebración», como la calificó el representante de Política Exterior de la UE, Javier Solana. La cumbre del nuevo presidente de Yugoslavia, Vojislav Kostunica, y dirigentes de ocho países vecinos, celebrada en la capital de Macedonia, Skopje, dio poco en cuanto a resultados concretos. La nota discordante la puso Albania, Croacia y Turquía, cuyos representantes le aguaron la fiesta a Kostunica.

25 oct 2000 . Actualizado a las 07:00 h.

Se respaldó expresamente la ya esperada incorporación de Yugoslavia al Pacto de Estabilidad para el Sudeste de Europa, que abre el camino para que Belgrado reciba ayuda occidental y que se tramitará hoy en Bucarest. En su declaración conjunta, los participantes recordaron que están ansiosos por integrarse en la Unión Europea. Hubo poco más de sustancia, pero «lo importante es que esta reunión (con un nuevo presidente yugoslavo) se haya celebrado», como señaló Solana. Solana se reunió a solas con Kostunica para asegurarle que la UE quiere con Yugoslavia una relación no sólo basada en la ayuda económica y el comercio, sino que tenga también una dimensión política. «Es una cumbre de celebración», insistió el representante de Política Exterior de la UE. «La región ya está completa», añadió, en alusión al muy esperado regreso de la República Federal de Yugoslavia a foros como éste, al que asistieron sus vecinos balcánicos: Rumanía, Bulgaria, Albania, Macedonia, Grecia, Turquía y, como observadores, Croacia y Bosnia. Solana aseguró que estaban «mirando hacia el futuro» y dejando atrás los rencores del pasado reciente, aunque Albania, Croacia y Turquía le aguaron la fiesta a Kostunica. El presidente de Albania, Rexhep Meidani, formuló una serie de denuncias contra el régimen de Milosevic y pidió a Yugoslavia indemnizaciones por los daños durante la guerra en Kosovo y por haber minado su frontera, con la consecuencia de «120 civiles mutilados y 20 muertos». Meidani también dio una nota discordante al reclamar que Kosovo y Montenegro tengan representación propia en cumbres como la de ayer, recordando que cuando se lanzó el Pacto de Estabilidad, el año pasado en Sarajevo, sí estuvieron presentes. No mencionó que los kosovares y montenegrinos, al igual que miembros de la oposición serbia a Milosevic, no fueron admitidos como delegaciones oficiales. El representante de Croacia, el viceprimer ministro Goran Granic, recordó que sigue pendiente el contencioso con Belgrado sobre la herencia de la antigua Yugoslavia. E insistió en que la comunidad internacional deberá presionarle para que colabore con la Justicia internacional como condición para recibir ayuda. Pero fue el primer ministro de Turquía, Bulent Ecevit, quien metió el dedo en la llaga, al expresar el temor de que la ayuda a Serbia supondrá menos dinero para ellos, hecho que negó el coordinador del Pacto, Bodo Hombach.