La terrible confesión de Pastora Soler a Bertín: «Me hubiera quitado la vida»

C. Aldegunde REDACCIÓN / LA VOZ

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La cantante sevillana repasa los peores momentos de su carrera musical que la obligaron alejarse de los escenarios

16 nov 2017 . Actualizado a las 16:47 h.

Pastora Soler ha resurgido de sus cenizas y vuela de nuevo alto con su potente voz. Pero aún se emociona con Bertín Osborne en Mi casa es la tuya al recordar algunos de sus peores momentos de su carrera musical, y tras los que tuvo que alejarse de los escenarios durante un tiempo. Pastora Soler, de 39 años, se encontraba totalmente devastada cuando dejó hacer un parón en su carrera musical. Agotamiento, miedo escénico y problemas físicos, terminaron por llevar a la cantante a un punto en el que tras un concierto, confiesa que llegó a pensar en suicidarse. La cantante, nacida en Coria del Río, dio durante su niñez los primeros pasos de su trayectoria musical, siempre ligada al flamenco y especialmente a la copla. En el año 2012, Pastora Soler fue la elegida para representar a España en el festival de Eurovisión con la canción Quédate conmigo, que ese año acogió Bakú, la capital de Azerbaiyán. Su magistral interpretación le otorgó un merecido décimo puesto, que supuso una gran mejora en comparación con sus antecesoras. El año anterior la gallega Lucía Pérez se había tenido que conformar con el puesto número 23, Daniel Diges con el 15, Soraya Arnelas (con la que comparte mesa en Mi casa es la tuya) con el número 24, Rodolfo Chikilicuatre con el 16, D'Nash con el 20, Las Keptchup el 21, el mismo que Son de Sol. Pastora Soler logró igualar en la clasificación de Eurovisión igualar a Ramón del Castillo que quedó décimo en el año 2004, y muy cerca de Beth (octava en el 2003), Rosa López (el séptimo en el 2002) y el sexto de David Civera en el 2001, el mejor de clasificado en los últimos dieciséis años.

Tras su regreso de Eurovisión comenzó una frenética gira, participó en el programa de televisión El Número uno y lanzó al mercado su disco Conóceme. Un ritmo de trabajo que finalmente terminó pasándole factura a Pastora Soler. Durante una larga gira de conciertos que la llevó por distintas ciudades de España, la cantante de Coria del Río comenzó a evidenciar los primeros síntomas de agotamiento y diversos problemas de salud que le llevaron a cancelar y aplazar varias de sus actuaciones. Uno de los momentos más terribles de su carrera lo vivió en un concierto en Sevilla, en marzo del 2014, cuando sufrió un desmayo al terminar una canción y se desplomó sobre el escenario. Las sobrecogedoras imágenes fueron captadas por parte del público, que asistió sobrecogido a cómo la cantante se caía de forma fulminante.

Después de aplazar varios conciertos para recuperarse, Pastora Soler sufría una fuerte faringitis que la obligaba de nuevo a cancelar varias actuaciones. Hasta que a finales del 2014, un día su cuerpo dijo basta. En diciembre Pastora Soler anunciaba que aparcaba su carrera musical durante un tiempo indefinido «por miedo escénico». Preparar los conciertos se convirtió para ella en «un auténtico suplicio». La propia Pastora Soler anunciaba a través de su cuenta de Facebook a sus fans su retirada de los escenarios y les pedía perdón. «Os hablo desde un corazón roto de dolor, de impotencia y con esta angustia que he sentido y siento y que tardaré mucho en olvidar... Como os dije anoche el respeto por mi público es lo más grande que he aprendido en estos 20 años... He puesto todo de mi parte por superar un miedo escénico que apareció en mi vida el 8 de marzo de este año, lo creí superado pero anoche de nuevo en Málaga, ante un público al que le debo tanto y una tierra que siento mía, me fallaron las fuerzas de nuevo afectando esta vez incluso a mi garganta... No puedo más que agradecer vuestro cariño y comprensión y deciros que ya no me quedan fuerzas para seguir. Debí tomar la decisión de poner un punto y aparte en mi carrera hace algunos meses pero mis ganas de luchar me impulsaron a seguir. Hoy os anuncio la decisión de dejar mi actividad profesional hasta volver a recuperar la confianza en mí. Lo siento con toda mi alma».

Pastora Soler recuerda, con lágrimas en los ojos, cómo vivió esa dura y difícil decisión, la más complicada de su vida. «Me han pasado las dos cosas más dolorosas que le pueden pasar a una artista: desmayarte y quedarse sin poder seguir cantando», asegura.

«Cerré los ojos, me vistieron y yo no quería saber nada de nadie y me metí en el coche y...», asegura antes de romper a llorar ante Bertín Osborne y su marido, el coreógrafo Francisco Viñolo. Su marido y padre de su hija fue uno de sus principales apoyos durante el tiempo que estuvo apartada de la música. Para él, que también se dedica al mundo de la música, fue duro ver a su compañera de vida, a la que conoció ya como artista, pasando uno de sus peores etapas personales. «Me la encontré debajo de una mesa así (encogida en posición fetal y con los brazos sobre la cara), hecha una bolita», recuerda su marido.

«Me metí debajo de la mesa porque, si hubiese habido algo allí, me hubiese quitado la vida», asegura Pastora Soler dejando boquiabierto a Bertín Osborne. «Esa noche no dormí. 'Hasta aquí he llegado, no puedo más'. Cogí el teléfono. Yo tenía que darle una explicación a mi gente. Contarles lo que me estaba pasando. Escribí un comunicado sin consultarlo con nadie», proseguía. 

El tiempo que Pastora Soler tardó en volver a los escenarios fueron finalmente casi tres años. Ahora, con el paso del tiempo, la cantante reconoce que «cuando el cuerpo te avisa de una manera tan brusca es que algo hay» y aunque al principio no quería verlo, finalmente no pudo más. «Quería seguir dando pero no pude más», recuerda. Pastora Soler aclara que después de dejar la música «me hice mil pruebas y al final era un cúmulo de nervios, de preocupaciones y de haber estado más de diez años con discos y giras, con Eurovisión por medio. Llevaba veinte años disfrutando y veía que eso ya no era así, que el escenario se había convertido en mi enemigo. La única manera de ordenarlo todo es parando y quiero volver a disfrutar».

ANA GARCIA

En una reciente entrevista en Interviú, Pastora Soler aseguraba que pasó de disfrutar sus conciertos a que actuar se convirtiese en una pesadilla. «Disfrutaba tanto dando conciertos que enseguida noté que algo me estaba ocurriendo. Pasé de desear que se parara el tiempo cuando estaba sobre el escenario a todo lo contrario, pensar ‘que se acabe esto ya’. Defender la gira se convirtió en una pesadilla», aseguraba. 

Así que su vuelta a los escenarios con La Tormenta, su nuevo disco, supone un paso muy importante para Pastora Soler. «Me quité toda la presión. Quería un disco agradable, bonito y emocionante. Tras ese paréntesis, la lección aprendida es que con calma salen mejor las cosas. Siempre he querido controlar todo, pero eso te lo vas echando en la espalda y a mi me pasó factura. Pero tengo un equipo que me ayuda y yo intento estar tranquila y relajada», aseguraba hace unos meses en una entrevista para Europa Press. 

En su recuperación, Pastora Soler declaraba hace poco a la revista Semana que ha tenido mucho que ver su hija. Y es que por esos azares de la vida, la cantante se enteró de que estaba embarazada tan solo unas semanas después de tomar la difícil decisión de dejar los escenarios. «Ha sido mi salvadora. Mi niña es muy buena, tiene buen corazón. Eso ya se ve porque es cariñosa, muy alegre, muy lista», explicaba. Además asegura que el sufrimiento que venía arrastrando desde hacía un tiempo, se disipó con la noticia de que esperaba un bebé, una de sus ilusiones en la vida. «El tiempo de sufrimiento, de tristeza me duró muy poco. Es lo más grande del mundo, esa señal de la vida de que tenías que para esto…», añadía. 

Pastora Soler saltó a la fama con canciones con Dámela ya o Corazón congelado:

¿Qué es el «miedo escénico» que sufrió Pastora Soler?

Pastora Soler puso «de moda» el llamado «miedo escénico». No lo inventó ella, pero durante un tiempo, hablar de Pastora Soler era hablar de «miedo escénico». A esto ayudó probablemente lo que le ocurrió a Joaquín Sabina, cuando tuvo que dejar a medias un concierto tras «haber sufrido un Pastora Soler», según el mismo aseguró. «Por exceso de ganas de estar bien delante de mi gente de Madrid, me acaba de pasar llegando a cosas feas un Pastora Soler», declaró. 

Pero, ¿qué es exactamente el «miedo escénico»? En palabras de Antonio Cano Vindel, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS) que recogía EFE días después de que Pastora Soler y Joaquín Sabina lo sufriesen, se trata de una reacción de ansiedad que se da ante «una situación social, cuando alguien tiene que hablar o actuar ante un público», pero que, si se acompaña de miedo, puede pasar a ser «una reacción de pánico». Lo más importante es que tiene cura, pero los especialistas no recomiendan hacer lo que hizo Pastora Soler, que fue retirarse de los escenarios, si no seguir cantando. «Si evitamos volver a hablar en público o actuar lo que hacemos en realidad es dar «más importancia» a nuestro miedo. En cambio, si los que lo sufren son  capaces de afrontar ese miedo o angustia a través de información y de técnicas para controlarlo termina desapareciendo.

CESAR QUIAN

Eso sí, a pesar de no recomendar alejarse bruscamente de lo que provoca ese miedo escénico, los especialistas recuerdan que la sensación de sufrirlo es de pérdida de control y puede convertirse en la «situación más angustiosa de su vida». Es más, hay personas que incluso confunden los síntomas con un infarto, mareos o incluso que se están volviendo locos. 

Sin embargo, ha reconocido que la persona que sufre una reacción de pánico tiene sensación de pérdida del control y lo define como la «situación más angustiosa de su vida»; algunos pueden llegar a pensar que están sufriendo un infarto, que se van a marear o que se están volviendo locos, añadía. Y recomiendan que tras sufrir una situación de este tipo, lo ideal es intentar afrontarlos miedos y no entrar en pánico.