¿Es la perforadora de papel un invento infravalorado por su sencillez?

C. Barbería REDACCIÓN

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Este aparato, que fue patentado por primera vez en Alemania, sigue imperturbable a lo largo de los años y facilita muchos aspectos de la vida laboral y personal

14 nov 2017 . Actualizado a las 10:28 h.

La perforadora de papel ha sido, es y será una de las herramientas más sencillas y a la vez más útiles que pueblan las mesas de oficina (y domésticas de todo el mundo). Su utilidad y usabilidad la convierten en un aparato realmente necesario en muchos momentos de la vida laboral y personal, sin embargo, debido a su simpleza en la mecánica, el artilugio nunca ha estado al nivel de otros grandes inventos que nos facilitan la vida.

A pesar de todos los aparatejos que han aterrizado en nuestro día a día, la perforadora de papel sigue imperturbable. Estamos tan habituados a su uso que prácticamente ni sabemos que está ahí. Y hoy tiene su día. Porque por su 131 aniversario, Google ha decidido dedicarle uno de sus habituales doodles.

Su mecanismo es sencillo. La perforadora de papel puede ser de uno o varios agujeros, y para hacerla funcionar simplemente hace falta presionar una palanca que a su vez ejerce presión sobre un cilindro afilado que traspasará una o varias hojas de papel. Un procedimiento simple y eficaz para perforar unas cuantas hojas de papel. Pero incluso las perforadoras de papel industriales, que hacen agujeros a cientos de hojas con un solo movimiento, tienen el mismo mecanismo, solo que en esta versión la palanca será mucho más larga.

Pero, ¿quién fue el primero que decidió poner sobre la mesa una perforadora de papel? Debemos esta herramienta a la ingeniería alemana, pero el nombre de su inventor no está tan claro. Según los registros que hay, este artilugio fue inventada en el año 1886 por Friedrich Soennecken. Aunque este proveedor de oficinas alemán fue el encargado de patentar la taladradora de papel, hay quien dice que el verdadero inventor fue Benjamin Smith, un americano que en Massachusetts patentó una máquina parecida a la actual pero con un objetivo muy diferente.

La perforadora de papel de Smith, gran coleccionista de entradas, estaba pensada para marcar los tickets que iba acumulando. Años más tarde de la primera patente, en el 1893, Charles Brooks (también americano), patentaba una nuevo invento algo diferente a la que bautizó con el nombre de perforadora de tickets.

Habría que esperar hasta el 1989 para que la tecnología diera un paso de gigante y evolucionara hasta otro nivel. En ese año Masayoshi Ikarashi y Kunihati Okazaki los que inventaban la perforadora de papel eléctrica un invento que no terminó de cuajar entre los clientes.