Como era de esperar, las redes sociales no han tenido piedad contra el programa, pero especialmente con Juan y Medio que centra la mayoría de las críticas. «¿Y si nuestros hijos cambiando de canal se encuentran con esto en la tele pública andaluza? ¿Creerán que es divertido hacerlo a otras niñas?», se pregunta en Twitter Teresa Rodríguez.
Pero lo más flagrante de la situación es que parece que no es espontánea, todo apunta a que formaba parte del guión del programa de Canal Sur. Lo que incluso es peor, porque a alguien se le ha ocurrido y a otros les ha parecido bien para llevarla a cabo. La lucha por la audiencia vespertina es muy dura, con competidores tan fuerte como Sálvame, un programa que con el paso de los años se ha convertido en una especie de reality en directo, donde los colaboradores meriendan, beben y hasta van al baño o lloran queriendo escapar del plató mientras las cámaras les graban. Y por extensión e imitación el resto de programas han terminado por caer ante la una «salvamización» que se ha extendido también a algunas revistas del corazón, donde los antes periodistas que hablaban de los famosos del corazón, ha terminado por convertirse ellos mismos en protagonistas.