La Voz
Un joven frágil y alérgico al éxito, acunado por la melancolía del fado y del jazz: así era Salvador Sobral la noche en que Europa lo descubrió gracias a Amar pelos dois. El tema con el que este portugués de Lisboa logró ganar el festival de la canción se convirtió en un bum y, entre otras cosas, hizo que las entradas para las actuaciones programadas del hasta entonces casi desconocido artista se agotasen en pocas horas.
Transcurridos poco más de dos meses desde el certamen que encumbró a Portugal por primera vez a lo más alto del podio de la canción europea, Sobral ha convertido su modesta agenda de actuaciones en un apretado programa y ha conseguido que su fama llegue, literalmente, más allá del Océano: a Estados Unidos y a Brasil.