La sonda Cassini se autodestruirá para evitar dejar ningún rastro de vida terrestre en el espacio

C. Barbería

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La misión de la NASA intentará resolver algunas de las incógnitas que rodean al lejano Saturno y sus ilustres anillos

27 abr 2017 . Actualizado a las 08:05 h.

La sonda Cassini ha conseguido convertirse en la primera en introducirse entre Saturno y sus ilustres anillos. La nave Cassini se pone en marcha para hacer frente al último de sus viajes. La misión estrella de la NASA ya ha pasado a la historia. El viaje que comenzó hace trece años ha permitido a los investigadores arrojar algo de luz sobre el tan desconocido Saturno, protagonista de una gran parte de los enigmas que hay en el espacio. Los datos recogidos por la sonda Cassini hasta la fecha ya han conseguido revelar algunos detalles. Y todavía queda mucho más. Hasta la fecha sabemos, gracias a la nave Cassini, que es posible la existencia de vida en alguna de las lunas que rodean al planeta de los tan característicos aros. Y la sonda Cassini ha ido un paso más allá. Porque según los datos que maneja la NASA,la composición de las nubes de gas que rodean a la luna Encélado, muestran que este satélite podría albergar formas de vida simples como las que encontramos en el fondo del océano de nuestro planeta Tierra.

La sonda Cassini sobrevoló este martes por última vez Titán, la gran luna de Saturno. Así comienza a escribir a partir de este miércoles, su tan glorioso y esperado final. El primer acto de este cierre lo pasará sin dar señales de vida. La nave Cassini estará fuera de contacto durante las 24 horas que dure su inmersión y justo después comenzará la traca final. Y es que será en este momento cuando la sonda Cassini comience a enviar hasta la Tierra toda clase de observaciones y datos científicos relacionados con Saturno, el planeta más desconocido del Sistema Solar. 

La sonda Cassini comienza su viaje en la zona entre Saturno y sus anillos para dar paso a la peor parte de su larguísimo e interesante periplo. La que se ha convertido en una de las misiones más importantes de la NASA encara el momento más peligroso. Pero también el que puede convertirse en el más interesante y productivo. La nave Cassini se adentrará en los próximos meses en una zona hasta ahora desconocida para la comunidad científica; una región en la que no se ha introducido hasta ahora por cuestiones de seguridad. Y es que en el área que hay entre los anillos y Saturno, la sonda Cassini podría sufrir graves daños. Nadie sabe exactamente qué es lo que puede haber allí. Las imágenes que se han conseguido en estos últimos años muestran una región libre de obstáculos que colisionen con la nave Cassini, pero son meras conjeturas. 

Ahora, y después de que a lo largo de sus últimos años de vida se haya sumado algunos de los descubrimientos sobre el espacio más importantes de la historia, la nave Cassini inciará a partir de este miércoles, día en el que Google le dedica uno de sus doodles, su viaje final. La sonda Cassini llegó a Saturno en julio del 2004 en una misión que tenía una duración prevista de cuatro años. El buen funcionamiento del aparato y la gran cantidad de datos recabados fueron suficiente pretexto para que la agencia americana decidiera alargar la misión de la sonda Cassini hasta el próximo mes de septiembre, el triple de lo inicialmente previsto.

Pero como todo viaje, el de la nave Cassini también tiene un final. Y no muy feliz. La sonda Cassini (de unos 4x6,7 metros y de apenas 2.200 kilos de peso), se está quedando sin combustible y los miedos de la NASA apurarán el final más trágico de la misión. Y es que los científicos quieren evitar a toda costa contaminar las lunas de Saturno con los microbios terrestres que podrían viajar a bordo. Sin embargo, una misión como estas merece un final por todo lo alto. La sonda Cassini tendrá su merecida despedida.

Ahora le toca el turno a los anillos de Saturno. La sonda Cassini estudiará su masa, para determinar si son muy estables y tan antiguos como los investigadores creen. La misión de la NASA tendrá que determinar si estas estructuras están formadas, por ejemplo, por la destrucción hace miles de millones de años de una luna. Si la sonda Cassini encuentra evidencias de que estos tienen una masa baja, significará que su origen es mucho más reciente y que se formaron a partir de uno o varios cuerpos menores.

Si la sonda Cassini consigue salir airosa y recabar con éxito todos los datos que se le exigen, es posible que en los próximos libros estudiemos detalles tan jugosos sobre el planeta como qué ocurre en su atmósfera, cómo se formaron sus anillos o qué se esconde debajo de esas misteriosas nubes que lo rodean. Pero la nave Cassini juega a contrarreloj. El tiempo -y sus reservas de combustible- juegan en su contra. En las oficinas de la NASA tienen marcado el 15 de septiembre en el calendario, fecha en la que la sonda Cassini se autodestruirá precipitándose en el planeta a unos 125.000 kilómetros por hora y desintegrándose en su atmósfera como si de una estrella fugaz se tratara.

Este nuevo capítulo de la nave Cassini comenzó a escribirse este martes 24 de abril, cuando el aparato sobrevoló por última vez la gran luna Titán. Esta etapa de su viaje, que comenzó hace 13 años, también ha servido para muchas más cosas de las que pensamos. En su periplo por Titán, la sonda Cassini ha descubierto ríos y lagos de hidrocarburos, lugares en los que se ha descartado la existencia de alguna forma de vida. Superado este hito, el aparato ha puesto rumbo a la brecha de 2.400 kilómetros que existe entre Saturno y sus anillos, convirtiéndose en la primera misión en explorar esta desconocida y misteriosa zona del planeta. En los próximos meses, y hasta que llegue su punto y final, la nave Cassini volverá a cruzar este lugar en 21 ocasiones, consiguiendo así valiosos datos. A partir de ahora se comenzará a escribir el principio del fin, eso que la NASA ya ha bautizado como el Gran Final de la misión Cassini.

La sonda Cassini enfrentará estos meses la parte más peligrosa de su viaje. El pasado sábado sobrevolaba cerca de Titán, cuya gravedad curvó la trayectoria de vuelo de la nave, lanzándola directamente a la nave Cassini hacia la zona que hay entre el planeta y el borde interior de sus anillos. A mediados de septiembre, la trayectoria volverá a cambiar. La sonda Cassini se curvará una vez más entrando directamente en el planeta para hacer frente a los últimos días de su vida.

«Lo que aprendamos de las órbitas finales de la sonda Cassini mejorará nuestra comprensión de cómo los planetas gigantes, y los sistemas planetarios de todas partes, se forman y evolucionan. Esto es verdaderamente un descubrimiento en acción hasta el final», son las palabras con las que Thomas Zurbuchen, administrador asociado del Directorio de Misiones Científicas de la NASA, explicaba el hito que la agencia está a punto de firmarse.

Durante el tiempo que la nave Cassini ha pasado sobrevolando las inmediaciones de Saturno, el aparato ha descubierto un océano global que presentaba indicios de actividad hidrotermal dentro de la luna helada Encelado, y también mares de metano líquido en Titán, otra de las lunas del planeta. Sus hallazgos no se quedan ahí. La sonda Cassini también se ha topado con cosas inesperadas, como por ejemplo un posible océano subterráneo en la pequeña luna Dione; la extraña superficie de la luna Hiperión (con miles de millones de agujeros que le otorgan el aspecto de una gran esponja); o el enorme cráter de la luna Mimas, que recuerda mucho a la Estrella de la Muerte de Star Wars. ¿Qué queda por descubrir? Pues, según algunos de los encargados del proyecto la nave Cassini podría hallar en los próximos meses datos de la estructura interna del lejano planeta así como el origen de los extraños anillos.  

Pero no hay posibilidades de que la sonda Cassini sobreviva. Será víctima de sus propios éxitos. Tras encontrar evidencias de que Titán y Encélado pueden tener condiciones que permitan la vida, la NASA ha decidido prevenir. Y es que la nave Cassini podría llevar a bordo algún microorganismo de la Tierra que contamine alguna de las lunas del Saturno. Por esta razón, y antes de que la sonda Cassini sea incontrolable por falta de combustible, los científicos aprovecharán los últimos coletazos de la misión para dirigirla contra Saturno como un kamikaze.

El último servicio de la sonda Cassini 

Antes de que llegue ese momento los expertos de la NASA esperan que la nave Cassini preste su último servicio a la ciencia. La nueva dirección que toma ahora le permitirá acercarse más que ninguna otra misión de la agencia a la superficie de Saturno. Gracias a ello, es posible que consigamos jugosos datos sobre el campo magnético y gravitatorio de Saturno; determinemos a qué velocidad gira sobre sí mismo (uno de los enigmas que siguen rodeando al planeta); o que consigamos imágenes de la parte interior de los anillos... Pero hay un dato que se espera con cierta ansiedad. La fase final de la misión, en la que el planeta atraerá a la nave hacia el interior de la órbita, permitirá calcular la masa de Saturno y la de sus anillos.

No importa como salgan los últimos días de la sonda Cassini. La misión ya ha conseguido convertirse en uno de los orgullos de la NASA. Y Google no ha querido dejar pasar la oportunidad. El último viaje de la importante sonda se queda ya marcada en la historia de la carrera espacial y en la de los Doodles del gigante buscador, un lugar solo reservado para los importantes.