«The Walking Dead» 7x14: «Estar preocupado por la sexualidad de la gente en el apocalipsis sería ridículo»

P. V. REDACCIÓN

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El nuevo capítulo de la serie de zombis, «El Otro Lado», se hace grande en las conversaciones más íntimas

21 mar 2017 . Actualizado a las 07:41 h.

The Walking Dead se hace grande en los pequeños detalles. Al margen de la épica que define siempre a toda serie de acción, y más concretamente de zombis, la serie basada en los cómics de Robert Kirkman todavía tiene tiempo para la poesía, para la calma y para el desarrollo de las relaciones personales, que forman en realidad la quintaesencia de la ficción televisiva.

(Cuidado, este artículo contiene spoilers del último capítulo emitido, así que si todavía no lo has visto, es mejor que no sigas leyendo)

El inicio del último episodio de The Walking Dead, titulado El otro lado (The Other Side) ya es toda una declaración de intenciones sobre lo que va a venir después. Cinco minutos sin diálogos antes de los créditos, con solo una apacible música, que ya nos avanza que serán los momentos íntimos los que le den sentido e importancia a esta nueva entrega.

No es casual que la aparente paz del momento solo se rompa con la llegada de Rosita, que incita a Sasha a ir directamente a la guerra contra Negan. «Aparente» porque, en realidad, a espaldas de Maggie, se estaba ya trazando un plan similar, ayudándose en la información que había traído Jesus durante sus incursiones.

La avanzadilla de Sasha y Rosita contra el hogar de Los Salvadores es, no hay duda, importante. Pero la verdadera gravedad dramática del capítulo reside en las conversaciones. Concretamente, en las que Maggie está presente.

El tratamiento de la sexualidad, cuestión de elegancia

The Walking Dead es una serie con un público global, muy variado y con una amplia audiencia en todas las partes de Estados Unidos, con todo lo que ello implica. Por eso, la naturalidad con la que se tratan ciertos temas que todavía son tristemente polémicos en el país donde ha ganado Donald Trump las elecciones es especialmente importante.

El tratamiento de la sexualidad de Jesus es, en su elegancia, sencillamente perfecto. En The Walking Dead, del mismo modo que debería ser en cualquier sociedad con dos dedos de frente, la orientación sexual no es importante, y ni mucho menos define a las personas.

Para entender la importancia del personaje habría que decir que Jesus es, en los cómics, el equivalente a Daryl en la serie. No hay duda de que los productores supieron ver en el personaje del cómic un filón que en las viñetas llegaba demasiado tarde. Así que crearon para la pequeña pantalla un personaje semejante, aunque mucho más paleto y outsider.

Por eso, llegó a haber dudas entre los fans de los cómics sobre si Jesus, un personaje enormemente querido y respetado, llegaría a aparecer en la serie de televisión.

Pero lo cierto es que lo hizo y, aunque con respecto a las viñetas quedó un poco desplazado por el terremoto Daryl, se trajo consigo todas sus características.

Los lectores del cómic de Robert Kirkman descubrieron bastante tiempo después de conocer a Jesus, y con la misma sutileza y normalidad que se acaba de saber en la serie, que el personaje era un hombre gay, lo que sorprendería a más de uno, ya que no representa ninguno de los clichés más manidos. No existe una gran revelación, ni una salida del armario anunciada con bombo y platillos en The Walking Dead. Es homosexual de la misma manera que Rick es heterosexual.

En la casual y distendida conversación entre Jesus y Maggie, él le comenta a la chica las dificultades que ha tenido para encontrar su sitio a lo largo de su vida. «Siempre me costó acercarme a la gente. Vecinos, amigos, novios», le comenta a Maggie, que le responde con una sonrisa de apoyo.

La revelación se acaba ahí. La vida sigue, y Jesus sigue siendo el mismo hombre aventurero, tierno y fuerte de siempre. Una lección de normalización de la homosexualidad que seguramente le habrá sentado como una bofetada a más de un homófobo.

El propio actor que interpreta al personaje, en una entrevista ante las cámaras, quedó encantado con la escena. «Es una escena muy pequeña. Me encantó cómo reveló haber estado en un hogar social y acerca de sus novios, revelando mucho sobre sí mismo en un corto período». Y, como explicó él, «es el fin del mundo, pensar que a alguien le importa la sexualidad de los otros es sencillamente ridículo».

La absolución de Daryl

El de la ballesta se derrumba en el último capítulo de The Walking Dead. Y no es para menos. En el momento más emotivo del capítulo, Daryl le pide perdón a Maggie por haber sido el causante de la muerte de Glenn, su marido y padre de su futuro hijo.

En efecto, el arrebato de Daryl después de la muerte de Abraham fue el que provocó que Negan decidiera asesinar con su bate a otra persona más del grupo de Rick, pero, como le dice la joven viuda, el motero «es de lo poco bueno de este mundo».

Durante todo este tiempo, Daryl había tenido éxito rehuyendo de verse cara a cara con Maggie, pero con la visita sorpresa de Los Salvadores a Hilltop no les queda otra que compartir un zulo para evitar mayores problemas con el sanguinario grupo. Viéndolo con perspectiva, en realidad la presencia de Los Salvadores solo tiene importancia para provocar este encuentro.

Sasha, Rosita y Eugene

Mientras, las dos antiguas amantes de Abraham, Rosita y Sasha, se disponen a una misión de tintes suicidas para acabar con Negan, en un peculiar road trip que sirve básicamente para que las dos rivales limen asperezas y abran sus corazones mutuamente.

A lo lejos, durante sus labores de vigilancia, ven y a escuchan a un Eugene que parece desenvolverse con soltura dentro de las verjas de El Santuario, en donde se ve poderoso y confiado. Poco se pueden imaginar que, cuando acceden al complejo de Negan para así aprovechar el momento y salvar a su antiguo amigo, este, que clama ser «Negan», se va a negar por completo a irse con ellas. «No os he pedido que vengáis, así que marchaos», dice el «débil y mentiroso saco de mierda», en palabras de Rosita con las que todos concordamos.

Sasha decide dejar sola a su antigua rival e ir ella misma a por Negan, algo que deja en incógnita el ya de por sí debatido destino de la actriz en The Walking Dead después de haber firmado por la nueva película de Star Trek.

Y, antes de que la pantalla funda a negro, y después de ver la reacción de una llorosa Rosita, todavía queda un misterio por resolver en The Walking Dead: ¿Quién es esa sombra que porta una ballesta?

Todo parecería indicar que es Daryl, que minutos antes le preguntó a Jesus donde estaban Sasha y Rosita. Pero la solución al enigma podría tener más enjundia. Y quizás el hombre es Dwight, que podría aprovechar el momento para trazar un plan con la aliada de Rick para conspirar, en la sombra, para derrocar al todopoderoso Negan.