«The Walking Dead» 7x13: Regreso al lado oscuro

P. V. LA VOZ

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La serie de zombis presenta uno de sus capítulos más intensos y duros psicológicamente y trae de vuelta al redil a los dos personajes más maltratados

13 mar 2017 . Actualizado a las 20:22 h.

The Walking Dead, después de un tiempo con idas y venidas en su argumento, nos prepara, por fin, para el gran conflicto con el que se ha convertido en el principal y más temible enemigo de los protagonistas hasta el momento.

Las semillas de la inminente guerra ya estaban plantadas, pero los acontecimientos sucedidos sirven como un abono que, inexorablemente, acelerará la batalla final.

(Este capítulo contiene spoilers del último capítulo emitido, así que si no quieres enterarte, es mejor que no sigas leyendo)

En esta ocasión, la atención del capítulo de The Walking Dead dirige su mirada de nuevo hacia al Reino, Morgan, Carol y Richard, el súbdito de Ezekiel más proclive a la guerra contra Los Salvadores.

Hace un par de capítulos, Richard le desvelaba a Daryl su perverso plan para precipitar la participación de los del Reino en la guerra contra Los Salvadores, que incluía el sacrificio de Carol para conseguir un futuro más prometedor.

El motero frustraba el plan violentamente y le dejaba claro cuáles serían para él las consecuencias de involucrar a su mejor amiga.

Pero Richard tenía un plan B que decide desarrollar en este nuevo episodio de The Walking Dead. Y, como no podía ser de otra forma en esta serie, la cosa le sale mal. O quizás no tanto.

Richard está dispuesto a dar su propia vida para liberar a los habitantes del Reino del control de Los Salvadores e incluso señala el lugar en el que quiere ser enterrado, de ahí el título del capítulo, Bury Me Here (Enterradme aquí). Así que traza una estategia que consiste en hacer que los suyos incumplan las condiciones que le han impuesto los hombres de Negan, conocedor de que él será la víctima mortal.

Pero el encargado de matarlo es uno de los secuaces más arbitrarios del gran villano de esta temporada de The Walking Dead y, en su lugar, le dispara al joven Benjamin, quien se ha convertido en un hijo para Morgan, como queda explícito cuando este confunde su nombre con el de su vástago muerto, Duane.

Date un paseo por el lado salvaje

Y, con la muerte de Benjamin a causa del disparo, llega el gran momento que todos los espectadores esperaban con respecto a un personaje que ya molestaba con su pacifismo. Morgan, por fin, se ha pasado al lado oscuro.

Morgan se rompe cuando no consigue salvar la vida del pobre Ben. Grita, piensa en quitarse la vida, le vienen a la cabeza todos sus traumas y, de repente, descubre el plan fallido de Richard. Este le explica cuál era su idea inicial e insta al expacifista a ayudarlo en su labor.

Y Morgan le cumple sus deseos. Vaya si los cumple. Con todas sus consecuencias.

Matar te sienta tan bien

El personaje que muchos ya veían como un blandengue sin remedio no solo rompe su norma sagrada de no matar a nadie, sino que además, en su decisión de hacerlo pública y explícitamente ante Ezekiel y Los Salvadores parece tener tanta importancia su rabia contenida como una estretagia oculta para el futuro de The Walking Dead.

Morgan lo mata con sus manos desnudas, liberando toda la rabia que había contenido durante tantos años de obligada filosofía de no violencia, haciendo que el plan de Richard salga, finalmente, como el propio ciudadano de El Reino había pensado.

Y aquí llega lo interesante, ya que, de este modo, Morgan consigue no solo liberar su lado oscuro, sino también demostrar una falsa lealtad hacia Los Salvadores, probándoles que ha acabado con las malas hierbas que querían ir a la guerra.

El luchador del palo consigue confundir incluso a los espectadores de The Walking Dead. Pero la visita a Carol lo deja claro. Ya no es el mismo Morgan antiviolencia de antes. Ahora, le espeta en la cara a la reformada superviviente todo lo que Daryl le había escondido y le explica que él se va a lanzar solo a la batalla.

Por un momento, parece que la nueva casa de Carol se va a convertir en un centro de ayuda a los violentos que buscan redención, pero poco después, queda claro que la mujer solo pretende evitar que se precipite.

Posiblemente Morgan se lo piense antes de lanzarse él solo a la acción, pero ya está preparando la venganza. Poco a poco, su palo se está convirtiendo en una afilada arma.

También Carol aparca su pretendido pacifismo. El descubrimiento de las crueles acciones de Negan, que acabaron con la vida de alguien tan inocente como Glenn, entre otras muchas víctimas a las que ella les tenía cariño, ha sido la gota que colma el vaso de la superviviente.

«Si quieres, todo puede volver a crecer»

El final del episodio de The Walking Dead, en el que Ezekiel invita a dedicarse a las plantas antes de pasar a la acción, podría parecer ambiguo, pero una conversación previa del rey con una de las cuidadoras del huerto nos permite desentrañar qué significa esta escena final.

En ella, una habitante del Reino le comenta a su gobernante que existe un problema pequeño «que podria convertirse en grave dentro de una semana». La mayoría de las plantas tienen parásitos y la única opción es cortarlo y quemarlo todo antes de que alcancen los cultivos principales del huerto, algo que especialmente importante para Ezekiel.

«Haz lo que tengas que hacer», le dice el rey, a lo que ella contesta, con toda lógica, que «lo bonito de todo esto es que puedes arrancarlo y cortarlo, quemarlo y tirarlo, pero, si quieres, todo puede volver a crecer».

El Reino va a ir a la guerra. Y buena parte de los avances que se han hecho por vivir en un lugar pacífico van a quedar destrozados. Pero lo importante es acabar con esos parásitos llamados Los Salvadores. Porque, al fin y al cabo, el Reino puede volver a construirse. Pero esta vez con la dignidad intacta.