Humillado, cuestionado por todos, deslegitimado, con su liderazgo reducido a cenizas, el protagonista de la serie no es el mismo. Pero, ¿por cuánto tiempo?
18 nov 2016 . Actualizado a las 08:06 h.The Walking Dead empezó como la historia de Rick Grimes, un sheriff de un pueblo cualquiera que, tras un tiroteo, se despierta en la habitación del hospital en el que estaba ingresado con el mundo tomado por un apocalipsis zombi.
Aunque una serie coral, The Walking Dead se ha sostenido durante sus seis temporadas anteriores gracias al arrojo y las intrépidas decisiones del líder de ese grupo de supervivientes. En el inicio de la séptima temporada, los espectadores están confusos: ¿Hemos perdido para siempre al gran líder de nuestros queridos personajes?
(Esta pieza contiene spoilers hasta el último capítulo emitido. Así que, si todavía no lo has visto y no quieres enterarte, es mejor que no sigas leyendo)
Rick no ha sido santo de la devoción de todos los fans de The Walking Dead. A diferencia de personajes como Michonne, Glenn y, por encima de todos los demás, el motero Daryl, el exsheriff despierta tantas pasiones como odios. La misma polarización existe con respecto a su hijo Carl.
Pero, aun a pesar de que no sea el preferido de muchos, lo que no se puede poner en duda es que de él depende buena parte del rumbo que siguen los ahora habitantes de Alexandría.
Tras el primer capítulo, Negan rompe pieza a pieza durante exasperantes minutos al protagonista de The Walking Dead. Y, en el capítulo emitido más recientemente, no hace más que dinamitar lo poco que le queda de orgullo a Rick.
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Por primera vez en mucho tiempo, el exsheriff no se encara con el villano ni lo amenaza. Presencia cabizbajo el saqueo de Los Salvadores de Negan mientras sostiene, para colmo de la humillación, el bate de béisbol con el que su enemigo asesinó brutalmente a dos de sus compañeros. «Te la he metido por la garganta hasta el fondo y tú encima me has dado las gracias», le deja claro el villano de The Walking Dead a Rick antes de irse de vuelta al Santuario.
Lo que Michonne ve arder
Hay algo que demuestra que Negan y Los Salvadores, más que hacerse con enseres útiles o suministros médicos o alimenticios, lo que pretendían por encima de todo es marcar su territorio con una meada tan olorosa como inútil. Se trata de lo que Michonne, en una de sus escapadas por el campo, ve en el margen de un camino: los colchones que el grupo de extorsionadores acaba de robar, quemándose a la intemperie.
Arden los colchones y arde, al mismo tiempo, la rabia que recorre las venas de Michonne, una de las pocas, junto a Rosita, que no asiste cabizbaja a la humillación de Negan en el anterior capítulo de The Walking Dead.
Todos los demás bajan las orejas y demuestran pavor, incluso Rick, que siempre había estado bien dispuesto para la guerra sin cuartel sin importar las consecuencias.
El líder tiene sus razones para actuar así. Ha visto la brutalidad de Negan, la infinita organización criminal que este tiene a sus espaldas, está en shock tras perder delante de sus narices a dos de sus amigos y de verse forzado a acceder a cortar la mano de su hijo. Rick tiene miedo de perder a alguien más. Sobre todo, a la indefensa Judith, su hija adoptiva.
Además, hay otro aspecto que permite entender mejor la tajante decisión de Rick de no ir a la guerra. Hasta ahora, como líder absoluto entre sus compañeros, sus decisiones autoritarias no siempre fueron las mejores, pero tenían algo en común que acababa por legitimarlas: todas ellas habían salido bien para los protagonistas de The Walking Dead.
Ahora, como le dice Spencer, sus acciones han tenido por primera vez consecuencias, estas han sido terribles y a Rick no le queda otra que asumirlas.
De ahí su actitud sumisa y traumatizada, a diferencia de las de Rosita, Michonne o Carl, que solo guardan dentro la rabia contenida de haber presenciado una humillación tras otra y no presentan el miedo que hay en los ojos de Rick.
¿Se ha acabado la era Rick?
Podría ser, por lo tanto, el momento de Michonne de demostrar, como había hecho en otros tiempos de The Walking Dead, que ella puede ser la líder que rompa el yugo al que se han visto abocadas las comunidades de supervivientes de la zona. De hecho, es la única que hace el amago de pensar más a lo grande. «Tenemos a los de Hilltop», dice la novia de Rick. Y aunque, como dice el exsheriff, no es suficiente, al menos ya es un primer planteamiento sobre el que se puede trabajar.
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Pero, ¿y si Rick no está tan acabado como parece? ¿Podría estar el líder de Alexandría haciendo un paripé? Un teatrillo durante la visita de Negan que, aunque amenazaría seriamente su liderazgo ante sus congéneres (especialmente Spencer), también podría permitirle disponer de un precioso tiempo para organizarse.
El necesario empujón
Después de unos capítulos en los que los espectadores de The Walking Dead se están ya cansando de las peroratas de Negan o de la inacción de nuestros siempre intrépidos protagonistas, lo que todo el mundo espera es la venganza. Que Rick pase de una vez por todas a la acción y monte una buena.
La audiencia, de hecho, se está resintiendo. Después de las cifras astronómicas del estreno de la séptima temporada, los siguientes capítulos se están precipitando en una constante caída a la que no ayuda el hecho de que no se estén alimentando las expectativas de los fans de The Walking Dead.
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Hay que pensar que no está todo perdido. Aunque el siguiente capítulo todavía estará protagonizado por la dominación de Negan, el capítulo de parón entre las dos partes de la temporada se encuentra a solo cuatro entregas. Y es de esperar que, como suele ser habitual, haya un intenso gancho para volver a recuperar espectadores de cara a su regreso en febrero.
¿Volverá Rick a levantar con orgullo la cabeza, establecer las necesarias alianzas y acabar con el dominio de Negan en la región? ¿Conseguirá Rosita desarrollar su rebelión con la ayuda de otras grandes guerreras como Michonne o Sasha? ¿Servirá la estancia de Daryl en El Santuario para hacer cambiar de bando a Dwight? ¿Y qué papel jugarán en esto la integración de Carol y Morgan en una nueva comunidad desconocida para los alexandrianos?
Las piezas están ahí, moviéndose lentamente e incluso en direcciones opuestas a las esperadas. Pero puede que al final todo tenga sentido para los espectadores pacientes.
El próximo capítulo de The Walking Dead se emite en España a través del canal FOX, en la madrugada del domingo al lunes a las 3.40 y el propio lunes a las 22.20.