Matrículas de gimnasio más caras
El movimiento, que comenzó a moverse en Twitter bajo hashtags como #womantax o #taxerose, encontró un segundo altavoz público en el Tumblr The Woman Tax, actualizado periódicamente con ejemplos de cuchillas idénticas con distintos precios en función del género al que van dirigidas, matrículas de gimnasio variables si el futuro socio es hombre o mujer, hipotecas iguales pero distintas y coches que adecuan su precio al sexo del consumidor. El alboroto del colectivo puso en alerta a las autoridades francesas y el pasado noviembre el Ministerio de Economía galo emprendió un investigación propia para tantear el fenómeno.
Sin embargo y coincidiendo con el Día Internacional de la mujer es importante recordar que esta desigualdad no es producto tan solo de la sociedad actual, sometida a la dictadura del márketing, y que, como bien apuntaban las raíces de la «tasa rosa» en los datos publicados por Forbes, no se trata de una circunstancia propia del nicho cosmético en grandes superficies francesas. El blog de accesorios de lujo The Purseblog se chivaba a sus lectores hace algunos meses de un desequilibrio mayúsculo de estirpe textil. Una mochila de la firma Valentino se vendía en la sección femenina de unos grandes almacenes por 2.354 euros -revelaba el estudio llevado a cabo por los responsables de la bitácora- y en la masculina de otro centro por 150 euros menos. Las características del producto eran idénticas. Descubrieron también que carteras y mochilas de importantes casa de moda orientadas a mujeres solían marcarse con precios superiores a las que figuran en la sección de caballero, iguales en diseño y habitualmente mucho más grandes. Da igual que en ellas se haya invertido más tela. Que hayan supuesto más recursos durante su proceso de fabricación. El coste, al final, es menor.