Año nuevo 2015: Fuegos artificiales y fiestas en todo el mundo para despedir al 2014

La Voz REDACCIÓN

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Las principales capitales mundiales conmemoraron el cambio de año

01 ene 2015 . Actualizado a las 13:25 h.

Llegó el año nuevo 2015. Y gran parte del mundo fue una fiesta. Desde Times Square en Nueva York a las playas de Sídney, pasando por la Puerta del Sol de Madrid, el skyline de Dubai y las cúpulas de las iglesias ortodoxas rusas, los fuegos artificiales dominaron los cielos de las grandes urbes cuando llegó -en los diferentes husos horarios- la medianoche, hubo que cambiar el calendario, jubilar definitivamente al 2014 y dar la bienvenida al 2015. En cada sitio a su manera, pero siempre de manera festiva.

Una de las fiestas más espectaculares fue como siempre la de la emblemática plaza neoyorquina donde una muchedumbre (cientos miles de personas) desafió al frio y siguió con expectación el descenso de la bola de cristal que anunciaba la llegada de un Año Nuevo. Bajo una lluvia de confetti, que muchos aprovecharon después como alfombra y colchón, neoyorquinos y turistas disfrutaron de la actuación estelar de artistas como Taylor Swift.

En Londres, la gran noria «London eye» se iluminó a media noche ante la euforia de una multitud ansiosa de conmemorar la llegada del Año Nuevo 2015. Allí unas 100.000 personas pagaron por asistir a un espectáculo pirotécnico de once minutos a orillas del Támesis. Según las autoridades londinenses, el espectáculo fue cobrado por motivos de seguridad pública.

Moscú vivió una gran fiesta de Año Nuevo en su célebre Plaza Roja, y en Berlín cientos de miles de personas dieron la bienvenida al nuevo año frente a la emblemática puerta de Brandeburgo. En París, más de 300.000 personas se reunieron en los Campos Elíseos.

En Rio de Janeiro, más de dos millones de personas vestidas en su mayoría de blanco recibieron el 2015 en la mítica playa de Copacabana, con un impresionante despliegue pirotécnico.

Cuba dio la bienvenida al año nuevo 2015 con una salva de cañonazos desde la fortaleza colonial San Carlos de la Cabaña, en la entrada de la bahía de La Habana, en conmemoración del 56 aniversario del triunfo de la revolución de Fidel Castro, y con un motivo adicional de festejo: el descongelamiento de las relaciones con Estados Unidos tras medio siglo de guerra fría.

Celebración de carácter universal

El Año Nuevo 2015 celebra con una gran fiesta en cada rincón del planeta la llegada de un nuevo año. Este Año Nuevo se celebra en casi todos los países del mundo el 1 de enero siguiendo el calendario gregoriano que es el que se utiliza en casi todo el mundo.

China tiene su propia celebración de Año Nuevo pero en la actualidad el 1 de enero tiene ya un carácter universal e incluso en este país asiático se celebra esta fecha tan especial. Y esta vez la celebración se convirtió en una tragedia. Decenas de personas murieron en Shanghai tras una estampida supuestamente provocada por un lanzamiento de dinero falso.

Una madrugada mágica

En esta celebración del Año Nuevo 2014 muchos han desarrollado algunos de los rituales más típicos de esta madrugada que para la mayoría tiene un gran significado. Tomar las doce uvas al ritmo de las campanadas, brindar con champán o llevar una prenda color rojo, son algunos de los rituales para atraer, en teoría, la buena suerte.

La tradición de celebrar la llegada del nuevo año con doce uvas nació a finales del siglo XIX, cuando en Valencia hubo una cosecha excepcional. Para dar gracias y pedir otros años igual de prósperos, los productores decidieron que debían acabar y comenzar el año consumiendo uvas, y se acordó que el mejor momento sería al sonar las doce campanadas. La innovación se fue extendiendo al resto de España. Aunque en España se vea como algo totalmente arraigado, en otros países no existe esta tradición aunque a algunos de América Latina se ha ido exportando. El ritual de bienvenida al Año Nuevo dice que cada una de las doce uvas debe comerse al ritmo de las campanadas y pedir un deseo para que se cumplan durante 2014. El brindis con algo de oro en la copa de champán o cava o tener algo de dinero de bolsillo o en los zapatos, es otra de las fórmulas para atraer la fortuna, la abundancia y la prosperidad económica.

Entre las supersticiones más populares está la de llevar una prenda de ropa interior de color rojo en para dar la bienvenida al Año Nuevo para atraer la suerte en el amor. Existe la variante del color amarillo para atraer el dinero, aunque otros apuntan que hay que llevarla del revés y ponerla del derecho en el nuevo año. Otros rituales también son limpiar la casa para deshacerse de las malas vibraciones del año que se despide, encender velas, abrir las ventanas, entrar con el pie derecho, escribir los deseos en un papel y tenerlo mientras suenan las doce campanadas, o entrar y salir de casa con varias maletas para que el nuevo año traiga muchos viajes, son algunos de los múltiples rituales que rodean la celebración del Año Nuevo.

Uvas y brindis

Doce uvas y un brindis. Las campanadas de un reloj. Cena, música y baile. Familia y amigos. En casa o en la calle. De esta forma, acostumbrados desde hace tiempo, celebramos el Año Nuevo 2015. Pero, ¿cuándo comenzó la tradición? En la década de 1890 empezaron a proliferar las noticias en la prensa sobre la celebración del fin de año y la entrada en el Año Nuevo. Por ellas sabemos que ya estaba muy extendida la costumbre de reunirse las familias y los amigos íntimos para cenar esa noche y que a las doce se llenaban las copas para brindar por la felicidad y la dicha en el nuevo año.

Entre esas reuniones de Fin de Año y Año Nuevo destacaban las fiestas organizadas por la aristocracia y las familias ricas para pasar una velada con invitados que incluía una cena bufé, música, baile y brindis con champán helado. También sabemos que en esos círculos aristocráticos ya era habitual tomar las uvas a las doce de la noche, justo antes de la llegada del Año Nuevo. Según El Imparcial de Madrid, del 1 de enero de 1894 «la costumbre ha sido importada de Francia» y se había generalizado en unos pocos años. Inicialmente se tomaban tres uvas simbólicas para propiciar «alegría, salud y dinero»; pero rápidamente su número se incrementó hasta doce, una por cada mes, y hasta trece, siendo la última la que aseguraba la suerte. La tradición popular de tomar esas uvas con las campanadas del reloj de la Puerta del Sol no está muy claro cuándo se inició, pero ya el 31 de diciembre de 1902 nutridos grupos de personas se juntaban allí para celebrar el cambio de año.

Tradiciones de otros tiempos

Muy distinto al Año Nuevo 2014, en A Coruña, a comienzos del siglo XX, no era muy frecuente la celebración de fiestas especiales la última noche de diciembre. De vez en cuando se celebraba alguna en las casas de las familias aristocráticas. En ellas además de bailar, cenar y cotillear, los jóvenes solteros de ambos sexos solían jugar a «echar los estrechos». Este juego consistía en sacar al azar, entre los concurrentes, dos nombres, uno de varón y otro de mujer, que tenían que dedicarse mutuamente tres o cuatro renglones con frases ingeniosas, soportando las ironías y bromas de los demás. En la década de 1910 proliferarán los bailes con cena, uvas y champán organizados por las sociedades recreativas como el Nuevo Club o el Circo de Artesanos.

Desde siempre, las clases populares celebraron la entrada del Año Nuevo con murgas, rondallas y organillos que recorrían las calles hasta altas horas de la noche tocando y felicitando a los Manueles y Manuelas por su onomástica; al mismo tiempo, burlando la vigilancia de serenos y guardias, las parejas aprovechaban para bailar estrechamente entrelazados al compás de la música. Las calles se llenaban de bullicio y animación, proliferando también el vino y las curdas.

Celebraciones variadas

Fue el 31 de diciembre de 1912 cuando por primera vez el pueblo coruñés celebró la despedida del año y la bienvenida al Año Nuevo en la plaza de María Pita. Ese año se había instalado el reloj en la torre central del Palacio Municipal. La plaza estuvo muy concurrida y la gente esperó a que vibrasen las campanadas de las doce para tomarse las trece uvas entre grandes demostraciones de alegría.

Pero la de la Nochevieja es una celebración con una extenso recorrido, considerada una fiesta de gran envergadura en determinados lugares del mundo. En Sídney, más de 80.000 fuegos artificiales surcan el cielo a medianoche ante la mirada de más de un millón y medio de asistentes cada año. En Valparaíso (Chile) reciben a más de dos millones de visitantes, que cada Año Nuevo son testigos del espectáculo de fuegos artificiales más extens del mundo a lo largo de 30 kilómetros sobre toda la bahía. En Nueva York, una gran bola de cristal desciende sobre una multitud en Times Square.

También la cultura hispanoamericana cuenta con una gran variedad de tradiciones y supersticiones estas fehas. Descorchar una botella de sidra o champán a las 00:00 horas del 1 de enero se mantiene como todo un símbolo de celebración del Año Nuevo. En algunos países se suele quemar un muñeco hecho de trapos viejos, relleno de paja, para simbolizar el año que se deja atrás, y al que solo le queda esperar el veredicto de la historia.