«Eurovisión 2014»: La mujer barbuda y las polacas, protagonistas de la segunda semifinal

La Voz LA VOZ | AFP

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Quince países buscan este jueves su pasaporte a la final del sábado con Israel como favorita de la noche

08 may 2014 . Actualizado a las 23:49 h.

Quince países buscan este jueves su pasaporte a la gran final del Festival de Eurovisión 2014. Solo diez plazas que se repartirán entre Malta, Israel -uno de los grandes favoritos según las quinielas de Spotify, Noruega, Georgia, Polonia -que calentó esta edición con un sugerente videoclip-, Austria y su mujer barbuda, Lituania, Finlandia, Irlanda, Bielorrusia, Macedonia, Suiza, Grecia, Eslovenia o Rumania.

La actuación que más expectación ha generado para esta segunda semifinal de Eurovisión 2014 es la austríaca Conchita Wurst, la travesti con barba, que ha indignado a los más conservadores, incluyendo a algunos homosexuales. «Yo creé a esta mujer con barba para mostrar al mundo que uno puede hacer lo que quiere», explicó en una conferencia de prensa previa a su cita este jueves, previa a su llegada a la final del sábado, donde la colocan ya todas las quinielas. Conchita se llama en realidad Tom Newirth, un cantante de 25 años cuya balada, Rise Like a Phenix, parece que no será del agrado de todos los jurados nacionales.

Después de una polémica primera semifinal con la eliminación de Portugal y los abucheos a Rusia y con los últimos ensayos completados, Copenhague resolverá quienes se la jugarán en la gran cita del 10 de mayo. Y es que todos los ingredientes de Eurovisión están ya reunidos en Dinamarca para incrementar el suspense en espera de la final del sábado, donde se mezclan el glamour, la política y una vestimenta que a veces provoca escándalos. En una cita en la que no están presentes este año por falta de medios Bulgaria, Chipre y Serbia, se espera mucho de Armenia, Suecia y Ucrania, contrariamente al año pasado -cuando la danesa Emmelie de Forest ganó con su título Only teardrops- no hay ningún favorito.

Rusia y Ucrania, los filones de «Eurovisión 2014»

Pero, sin duda, el foco de todas las tensiones en esta edición de Eurovisión será la actuación rusa. El público ya silbó los resultados de la semifinal el martes, cuando se anunció que Rusia iba a la final, demostrando que la política tiene influencia en los votos. Y según algunos observadores, Ucrania podría contar con algunos votos de simpatía en la cita del día 10.

Visto el filón de esta edición de Eurovisión 2014, la televisión pública danesa tiene previsto explotar el aspecto dramático de esta velada, que a menudo ha sido descrita como el acontecimiento audiovisual no deportivo más importante del mundo. «Cuando los artistas salen del escenario se graba su reacción inmediata... Queremos que sea lo más dramático posible», declaró a AFP la productora Pernille Gaardbo. El presupuesto para este acontecimiento se encuentra a la altura de su popularidad. Dinamarca se fijó un límite de 190 millones de coronas -unos 25,5 millones de euros- para financiar Eurovisión, que el año pasado atrajo a 170 millones de telespectadores.

La popularidad de Eurovisión aumentó en los años 90, cuando la Unión Europea flexibilizó sus reglas sobre la obligación de cantar en la lengua de su país o de ser acompañado por una orquesta dirigida por un director. Además el Festival se volvió célebre en los países de la ex Unión Soviética después de sus procesos de independencia. Y es que los nuevos participantes se toman la competencia mucho más en serio que naciones como Gran Bretaña que forma parte con España, Francia, Alemania e Italia del Big five. Y es que en el 2001, el presentador británico Terry Wogan se burló del duo de animadores que presentaba todas las canciones haciendo rimas.

La final, el sábado 10 de mayo

Dinamarca ya fue el anfitrión de Eurovisión en 2001, cuando los hermanos Olsen ganaron el Festival con el título Fly on the Wings of Love (Vuela con las alas del amor). Desde hace algunos días, la principal calle comercial de Copenhague propone un verdadero «recorrido» a los admiradores del concurso llegados de todo el mundo. Este año, la competencia se desarrollará en un antiguo astillero, en pleno corazón de una zona industrial. «Pensamos que se trata de un lugar apasionante e inspirador», se entusiasmó Pernille Gaardbo. «El público está relativamente cerca del escenario. Y aunque haya 11.000 personas, hay una atmósfera bastante intimista», agregó.

Treinta y siete países compiten en la edición 59 de Eurovisión cuya gran cita llegará el sábado 10. Ese día será el gran momento de Ruth Lorenzo, la representante española, que no tiene que pasar por el trámite de las semifinales al formar parte del Big five.