La muerte de cuatro científicos chinos que viajaban en el avión malasio deja la titularidad de una jugosa patente a uno de los mayores empresarios americanos
26 mar 2014 . Actualizado a las 15:46 h.El anuncio de las autoridades malasias de que el vuelo MH370 se estrelló en el Océano Índico sin dejar supervivientes no ha calmado las aguas. A pesar de que el caso comienza a cerrarse, las teorías conspirativas siguen creciendo, e incluso se podría decir que a un ritmo más descabellado al que lo hacían antes de que los interrogantes comenzaran a transformarse en respuestas.
La última posibilidad sobre el destino que corrió el vuelo MH370 que ya ha comenzado a extenderse en la red como la pólvora, ha dejado a muchos bastante sorprendidos, y parece haber sido sacada de uno de los thrillers más retorcidos de la industria cinematográfica.
Hay quien dice que una patente pudo haber sido la causante del terrible final del Boeing 777-200 de Malaysia Airlines. Peidong Wang, Zhijun Chen, Zhijong Cheng y Li Ying, cuatro empleados de la compañía Suzhou, compartían la patente de unos semiconductores en la empresa Freescale Semiconductor, cuya sede está en Austin (Texas). Cada uno de ellos poseía el 20 % de la patente, y el 20 % restante pertenecía a la propia empresa. Pero eso ha cambiado.
Con la desaparición del vuelo MH370 estos cuatro científicos dejan de forma automática la titularidad del invento -cuya patente fue aprobada por la oficina de Estados Unidos cuatro días después de que se perdiera el rastro del Boeing 777-200- a la empresa Freescale Semiconductor, una firma que, casualmente, pertenece al famoso multimillonario y financiero de Wall Street, Jacob Rothschild.
Cuando el titular de una patente se muere, el resto comparten en partes iguales los dividendos del fallecido, si no existe un testamento previo a su muerte. ¿Y si mueren todos menos uno de los titulares? Pues que el 100 % de esta patente comenzará a estar en manos de la familia Rothschild.
Los Rothschild, una familia ultracapitalista de rancio abolengo y fuertemente ligada a personajes como los Bush o los Rockefeller, fueron propulsores del Nuevo Orden Mundial, iniciado con la creación del Sistema de Reserva Federal en EE.UU. y poseen en su cartera empresas tan variopintas como la química Monsanto o diversas compañías farmacéuticas. Pero lo que más ha llamado la atención a los internautas son los fuertes vínculos que la familia Rothschild tienen con agencias de comunicación internacionales como Associated Press (AP), Reuters, Agence France-Presse (AFP) o EFE.
Ante estas circunstancias hay quien se pregunta: ¿Son culpables las grandes agencias de noticias de acallar estos datos?