Las perlas de Mariló Montero
Mariló Montero, que cuenta con un número de detractores similar al de defensores, tiene en su haber un buen número de meteduras de pata, con más o menos intención. La última fue hace unos días, cuando preguntó si los calamares del Museo del Calamar arrasado por el temporal en Luarca estaban vivos, una cuestión que dejó casi sin palabras a su presidente.
Por San Antón Mariló Montero contó en el plató con una curiosa mascota, un cerdo, al que ante la mirada atónita de su dueña le dijo: «está para comérselo, pero literal». Y siguió: «Brontos, yo tengo un problema. Soy navarra y estoy acostumbrada a ver a los cochinillos aplastados o muy churruscados».