La luz que apaga el cielo estrellado

Xavier Fonseca Blanco
Xavier Fonseca REDACCIÓN / LA VOZ

HISTORIAS DEL TIEMPO

NASA

Algunas fuentes de energía han terminado provocando un calentamiento global y apagando ese manto estrellado debido a la excesiva iluminación

26 dic 2017 . Actualizado a las 16:08 h.

Vivimos una época de grandes contradicciones y algunas paradojas. Fíjense, por ejemplo, en el caso de las estrellas. Proporcionan luz y calor a los planetas y guían a los seres humanos. El cielo estrellado ejerció durante milenios como calendario que anunciaba la llegada del invierno y el verano. Saber interpretar esa información marcaba la diferencia entre la vida y la muerte. Ahora ya nadie observa el cielo nocturno. Y ni ha perdido su atractivo ni los objetos han desaparecido. Simplemente lo hemos borrado.

Si algo debemos a la ciencia es la electricidad que ha permitido el desarrollo de la civilización. Aunque, en nuestras manos, algunas fuentes de energía han terminado provocando un calentamiento global y apagando ese manto estrellado debido a la excesiva iluminación. «A contaminación luminosa está aumentando a nivel mundial, a un ritmo dun 4 % anual. Os motivos son tres. Por unha banda, a progresiva extensión das zonas iluminadas con luz artificial de noite. Tamén polo incremento dos niveis de iluminación, en moitos casos bastante superiores ao mínimo que necesitamos para ver. Ademais, pola substitución de lámpadas de cores cálidas por led de cor branca, cun elevado contido de luz azul. Esta esparéxese na atmosfera de forma moito máis intensa que a luz laranxa, contribuíndo a aumentar o brillo do ceo», explica Salvador Bará, catedrático de Física en la USC.

Piénselo. Luz artificial que oculta la natural. No deja de ser sorprendente y, por otra parte, innecesario. La iluminación que se proyecta hacia el cielo es inútil y un despilfarro. «O principal problema que enfrontamos en Galicia neste ámbito é que o cambio de lámpadas tradicionais polas novas fontes led, que por si é moi positivo e pode axudar a aforrar enerxía se se fai ben, non se está a xestionar correctamente en moitos lugares. As fontes de cores cálidas están sendo substituídas por lámpadas de cor branca fría, algo que agrava os efectos da contaminación luminosa», añade el físico.

En la imagen tomada desde la ISS se puede apreciar el derroche de luz en una ciudad gallega. Cada una de esas fuentes está proyectando hacia el espacio. Hace tiempo que es necesario salir de los centros urbanos para contemplar un cielo decente. Las soluciones tampoco son tan complejas. «Iluminar soamente aquilo que sexa necesario e cando sexa necesario. Facelo coa xusta intensidade, sen sobreiluminar e con tons cálidos pola noite, evitando o uso excesivo das compoñentes azuis en horario nocturno», termina Bará.