El Niño Jesús del océano Pacífico

Xavier Fonseca Blanco
XAVIER FONSECA REDACCIÓN / LA VOZ

HISTORIAS DEL TIEMPO

NOAA

Los trabajadores del mar saben que la Navidad es la época del año más importante

24 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Chile y Perú disponen de algunas de las pesquerías con mayor productividad del planeta. Y no existen tantas. Comparten este privilegio con California, Sudáfrica y el Noroeste de África. Este último banco de pesca incluye a Canarias, Portugal y Galicia. Sus aguas tan fecundas son consecuencia de un mecanismo natural conocido como afloramiento que produce cada uno de los cuatro anticiclones semipermanentes que hay en el mundo. Estos anticiclones están situados precisamente al oeste de estas regiones. El nuestro es el de las Azores.

Los vientos asociados a las altas presiones empujan las aguas superficiales desde la costa hacia la plataforma oceánica, generado un déficit. La Tierra detesta los desequilibrios, así que pone en marcha corrientes que afloran hacia la superficie. Esas aguas profundas y frías ascienden cargadas de nutrientes y crean explosiones de fitoplancton que atraen a muchas especies, como las sardinas.

Los trabajadores del mar saben que la Navidad es la época del año más importante. Y en este momento tan decisivo todos están pendientes del tiempo. Los temporales en Galicia suelen ser un drama cuando coinciden con estas fechas. Un solo día con la flota amarrada puede provocar grandes pérdidas en el sector.

En la costa oeste de Sudamérica la amenaza es otra. Un fenómeno que hace desaparecer el afloramiento y provoca un aumento de la temperatura del agua. Ocurre cuando los vientos alisios, que soplan del este hacia el oeste en el Pacífico sur, desaparecen. No dispone de un patrón temporal. Puede surgir cada tres años o cada cinco. Se desarrolla siempre entre septiembre y diciembre, cuando el calentamiento es máximo.

Los primeros en detectar esa corriente cálida, antes que la comunidad científica, fueron los pescadores peruanos. A comienzos del siglo XIX empezaron a observar que especies como la anchoveta o el pejerrey desaparecían cuando llegaba la Navidad. Ese evento siempre ha sido y, sigue siendo, una auténtica ruina para la población pesquera peruana por las fechas en las que se reproduce, cerca del 25 de diciembre, el día del nacimiento del Niño Jesús. Así que en Perú decidieron bautizar al fenómeno como el Niño.

Hoy en el Pacífico ecuatorial está desarrollándose el proceso contrario, la Niña. El agua está más fría de lo habitual. Una buena noticia para la pesca peruana pero no tanto para otros países donde tiene efectos negativos en forma de sequías y lluvias torrenciales.