Una revuelta aupó a Quintana a la alcaldía, desde la que erigió Allariz en modelo de gestión del BNG

HÉCTOR J. PORTO LA VOZ / REDACCIÓN

HEMEROTECA

Detalle de una página de La Voz de 1989 que relata el camino de liderazgo de Quintana en Allariz, en un tenso pulso que lo llevaría meses después a la alcaldía
Detalle de una página de La Voz de 1989 que relata el camino de liderazgo de Quintana en Allariz, en un tenso pulso que lo llevaría meses después a la alcaldía

El líder nacionalista dejó huella en su municipio, tanto que ahora, años después de abandonar la política, regresa para cerrar la candidatura nacionalista

24 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Una revuelta popular contra el alcalde de Allariz, Leopoldo Pérez Camba (hombre de Victorino Núñez y sus Centristas de Galicia), con ocupación por la fuerza del consistorio, tumbó el gobierno local. Anxo Quintana dio con sus huesos en la cárcel por un par de días, lo que afianzó su figura. Dos semanas después, a finales de noviembre de 1989, el pleno lo aupó a la alcaldía, responsabilidad que las urnas ratificaron año y medio después con una mayoría aplastante. Quintana firmó una gran gestión municipal (hasta el 2000) que aún hoy el BNG esgrime como modelo a exportar a otros concellos. Tanto éxito lo llevó a O Hórreo, a suceder a Beiras en la portavocía nacional del Bloque y a la vicepresidencia de la Xunta presidida por el socialista Emilio Pérez Touriño. Tras caer el bipartito, Quintana dejó la política y el Bloque. Ahora regresa para cerrar simbólicamente la candidatura del BNG en Allariz.