Más escuelas y menos fútbol

francisco umbral ESCRITOR Y COLUMNISTA. (MADRID, 1932-BOADILLA DEL MONTE, 2007)

HEMEROTECA

24 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Día 24 de junio de 1976

Cuando Costa pedía escuela y despensa estaba haciendo la primera pancarta contestataria de los tiempos nuevos. No llegó a pasearla por la calle de Preciados de Madrid, como los manifestantes de ayer, pero es que entonces la calle de Preciados ni siquiera existía. Bueno, existir sí que existía, pero imagino que sería de propiedad privada, porque entonces lo era todo Madrid, salvo la Puerta del Sol, que se la habían dejado al pueblo, los pobres, al «lumpen», para que se estuviesen allí, desarrapados, tomando el rayito con los de «Milagro en Milán», mientras Baroja, con levitón de fotógrafo al magnesio, les sacaba un foto-matón para La busca.

Lo que pedía la otra tarde la gente en la calle de Preciados ya no era escuela y despensa, porque el eslogan de Costa se ha quedado viejo. En todo caso, hoy habría que pedir escuela y frigorífico, que en la despensa se estropea el género con esa noticia de los sabios, que han dicho que la tierra se calienta progresivamente. Lo que pedía la gente en la calle de Preciados era más escuelas y menos fútbol, lo cual supone una ligera rectificación al «escuela y despensa» de Costa y los regeneracionistas, así como al «pan y circo» de los romanos.

O sea que el personal, por primera vez en cuarenta años, se reúne con una pancarta que no pone «hala, Madrid», que era lo que tenía que poner en las pancartas cuando los tiempos eran tiempos. «Hala, Madrid», o «Hala, Madrí», si ustedes lo prefieren para que quede más costumbrista.

Parece que el Real Madrid ya no tiene nada que hacer en las pancartas.

Los comentaristas políticos glosan la manifestación, su trascendencia, su orden, su civismo, su ejemplo, su número, pero lo más significativo, para mí, es esa pancarta que llevaban, entre otras, donde se piden más escuelas y menos fútbol. ¿Por qué la gente no sigue pintando pancartas que pongan «Hala Madrid»? Por aquí no vamos a ninguna parte. Este no es el camino.

¿Será porque el Real Madrid ya no es lo que era o será porque el personal ya no es lo que era? El engaño del fútbol se tenía que terminar alguna vez, y parece que se ha terminado ya. Terminó ayer, exactamente, a las nueve de la noche.

Las madres del pueblo han comprendido que es más importante para sus niños una pizarra que un balón. Claro que a mí tampoco me parece mal que un niño tenga un balón, sino incluso conveniente y saludable. Lo que me parece mal es que tenga un balón un futbolista y que lo tenga él solo y que lo tenga todo el rato y que le paguen tanto dinero por tenerlo.

No hace mucho oía yo una emisión de radio -yo es que lo oigo todo- en la que se quejaba alguien de que el Ayuntamiento, el Estado o quien sea no haga más estadios, uno en cada barrio, para que las canteras futbolísticas puedan florecer y dar nuevos Amancios a la afición.

La petición me pareció edificante y digna de ser atendida. Habría que futbolizar el país, como un personaje loco de Fernández-Flórez hablaba de peluquerizar el mundo. Bueno, el país ha estado futbolizado durante cuarenta años, pero aún hay a quien le parece poco. Dicen que lo de ayer fue una manifestación contra el Gobierno. A mí, menos optimista, me bastaría con que fuese una manifestación contra el fútbol.

Entre otras cosas, porque se me ha pasado la edad para delantero centro.