El exfutbolista reside en Vigo trabaja para la Federación Serbia y sigue muy de cerca al equipo, con especial atención a Radoja
30 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Dice que en su corazón caben todos los equipos en los que ha jugado, pero el Celta es especial. Goran Djorovic (Pristina, 1971), central céltico entre los años 1997 y 2001, sigue viviendo en Vigo con su familia y se considera un seguidor más del equipo. Ahora trabaja para la Federación Serbia, siempre pendiente de Radoja, y asegura que siempre que algún jugador tiene la opción de venir a Vigo y le pide consejo, él responde que el Celta siempre es un acierto.
-¿Le costó tomar la decisión de fichar por el Celta?
-No, porque me presentaron un proyecto muy ilusionante. En la temporada anterior a mi llegada el equipo se salvó en la última jornada, y fue muy bonito porque en la siguientes jugamos siempre la UEFA. Me acuerdo de que me habían hablado de eso, de un nuevo entrenador y nuevos jugadores entre los que estaba yo para no volver a pasar apuros. Me convencieron y al final fue así.
-¿Tenía referencias previas del club?
-Lo conocía, pero tampoco demasiado. A través de paisanos míos que habían jugado en Vigo como Gudelj, Ratkovic o Bajcetic sabía de la existencia del equipo y tenía idea de que normalmente luchaban por la permanencia. Se me presentó un proyecto para cambiar esa tendencia y luchar por Europa. Aquella etapa que comenzaba el club fue espectacular.
-Y no le costó apenas adaptarse.
-No, porque al fin y al cabo yo ya estaba jugando con la selección yugoslava. Es cierto que no tenía experiencia en el fútbol español, pero me había enfrentado a ellos en el grupo de clasificación para el mundial, con Clemente como seleccionador, y los conocía bien. Si fichaban a un futbolista que al año siguiente iba a jugar el campeonato del mundo era para jugar, yo era consciente de eso y me fui allí a dar lo mejor de mí. Sabía que iba a la que para mí era la liga más atractiva del mundo.
-¿Y qué le pareció Vigo de primeras?
Una ciudad preciosa. Me gustó y me gusta el mar, el clima... No me afectó mucho porque procedo de tierras donde hace también bastante frío. Y si a eso le sumas la buena acogida por parte del club, de la afición y de los jugadores, no hubo ningún problema. Con los compañeros fue con los que más trato tuve, pero con toda la gente de Vigo estaba muy a gusto. Tuve mucha suerte.
«Tras ganar al Aston Villa se notaba por la ciudad que habíamos hecho algo grande»
-¿Cuáles fueron los mejores momentos que recuerda de su etapa celeste?
-El primer año de Europa. Digamos que aquella clasificación que conseguimos en la última jornada frente al Mérida, que suponía volver después de casi 30 años sin que el Celta saliera en Europa fue increíble. Y después jugando grandes partidos y eliminando a rivales muy importantes. Fue una época bonita que seguramente quedará en la historia del club. Que el primer año después de tanto tiempo hagas ese fútbol y llegues a dejar fuera al Liverpool es algo verdaderamente espectacular. Se notaba por la ciudad que habíamos hecho algo grande y hoy por hoy todavía se sigue recordando.
-De todas las gestas de las que participó, ¿cuáles son las que guarda con más cariño?
-La eliminatoria del Aston Villa. Después de perder en casa nadie creía que lo íbamos a conseguir. No pensaron que pudiéramos remontar, además jugando media hora con un futbolista menos. Luego lo del Benfica, porque pocas veces se va a repetir un partido en el que a un equipo de nivel como ellos le elimines de este modo. Marcarle siete también queda para la historia. Aunque si tengo que elegir, me quedo con el Aston Villa por la remontada en Birmingham y por la manera de conseguirla, sintiendo que éramos superiores.
-También se recuerda mucho otro cruce que para usted tuvo que ser especial. ¿Cómo recuerda los duelos frente al Estrella Roja -equipo del que procedía cuando fichó por el Celta-?
-Era raro, porque acababa de venirme de allí, del equipo donde era capitán, logré títulos y con el que llegué a jugar en la selección. Fue extraño sobre todo el primer partido, en el que me dieron un recibimiento espectacular, algo muy raro allí con jugadores de otros equipos. Me llenó de satisfacción, pero al empezar me concentré en lo mío. Soy profesional e hice todo lo posible para que nos clasificáramos. En aquella semana decía de broma que el único que no podía perder en aquel partido era yo. Pero pertenecía al Celta y quería que ganara mi equipo.
«El trato y la acogida de Vigo y del Celta fueron maravillosos»
-Con la perspectiva de los años, ¿qué diría que significó el Celta en su carrera?
-Muchas cosas. Hice muchos amigos y tuve el cariño de mucha gente. Intenté demostrar mi categoría futbolística y personal y me quedó marcado porque era el primer equipo extranjero en el que jugaba. Hoy tengo a mi familia en Vigo, viajo mucho pero estoy muy a gusto cuando estoy aquí. Sigue siendo una ciudad bonita, de gente espectacular. De los jugadores que pasan por aquí pocos pueden decir algo diferente. Luego que te salgan bien las cosas deportivamente o no es otra historia, pero el trato de las personas y la acogida de la ciudad es maravillosa. Siempre que algún jugador serbio que tiene la posibilidad de venir me pregunta, como el último, que fue Ljajic, siempre se lo recomiendo, les digo que aciertan plenamente.
-Fue uno de esos jugadores que cambiaron el Celta por el eterno rival, el Deportivo. ¿La gente en Vigo se lo recuerda todavía?
-Los primeros años igual sí, pero ya no. Sigo viviendo aquí y nunca he tenido ningún problema. Creo que me recuerdan más por por la calidad futbolística. Con toda la humildad, considero que dejé alguna huellita por aquí y que la gente se acuerda de eso. Luego pasan cosas en la profesión, llegó un momento en el que el Celta quiso coger a alguien de otro lago, no nos pusimos de acuerdo y me fui al club que en ese momento apostó por mí, que fue el Deportivo. Pasé allí dos años maravillosos, sigo teniendo buenos amigos y estaba a gusto en Galicia. Puedo llegar a entender que haya gente a la que le enfadó, pero creo que entendieron que como cualquier profesional, como el de una empresa de telefonía, si te surge la ocasión te vas a otra. No tuve problemas ni los tengo hoy en ese sentido. A todos los clubes con los que he jugado los llevo en el corazón y les guardo enorme respeto. Si puedo ayudar de cualquier manera, estaré ahí.
-Decía que dejó huella. Algunos le consideran unos de los mejores centrales de la historia del Celta.
-Me agrada, pero creo que son los demás, sobre todo los aficionados, los que tienen que opinar sobre estas cosas. Yo nunca diría algo así. Desde mi llegada al Celta intenté hacer todo lo posible para que el equipo jugara bien y ganara, intentando aportar mi granito de arena y mi calidad futbolística. Me llena de orgullo, pero por el Celta han pasado muchos jugadores de gran nivel.
«Crecí mucho al lado de los grandes jugadores con los que coincidí en Vigo»
-De los que le rodearon, ¿cuáles le impresionaban más?
-En cuatro años jugué con muchos muy buenos como Mostovoi, que para mí era un fenómeno, lleno de calidad, y de vez en cuando hacía cosas que uno se preguntaba cómo era posible. Luego Mazinho, Míchel Salgado, Makelele, Revivo, Penev, Gudelj, Ratkovic, Gustavo López... Una lista muy larga. Tuve la suerte de coincidir con todos ellos y rodeado de gente así mejoras mucho. Guardo un recuerdo muy bueno. Ojalá el Celta pueda llegar algún día a tener jugadores de este nivel, pero Mostovoi y Mazinho son de otra dimensión. Me impactaba su calidad técnica y humana, porque además eran buenas personas.
-¿Mantienen el contacto?
-Sí, con muchos. Hemos compartido mucho, somos amigos y estamos viviendo por diferentes partes del mundo, pero cuando podemos nos encontramos y recordamos lo vivido. Con el que más es con Gustavo, pero a todos les tengo un gran respeto y afecto. Entre todos convertimos a un club entre comillas humilde en un equipo que se ganó el respeto de España y del mundo. Ahora con Juanfran ya estamos todos retirados (risas).
-También coincidió con el Toto. ¿Cómo era aquel Berizzo?
-Un gran jugador, muy inteligente, algo que se le sigue notando como entrenador. Tenía planta y se veía que servía para los banquillos. Era imposible saber si iba a acabar ahí, pero era un tipo listo al que le encantaba hablar de fútbol y que ha hecho y está haciendo un gran trabajo en el Celta. Mis felicitaciones para él, que en mi época demostró su categoría como futbolista y luego lo ha hecho como entrenador.
«Obviamente me considero aficionado del Celta y le deseo lo mejor siempre»
-¿Sigue mucho al actual Celta?
-Sí, claro. Además estoy en la Federación y por trabajo estoy siempre pendiente de Radoja, y también de Gudelj, el primo de Vlado que juega en el Ajax. Sigo con atención al Celta, pero no solo por eso. Estoy pendiente de todos mis exequipos y me enorgullece ver que les va bien. Obviamente me considero aficionado del Celta. Forma parte de mi vida y le deseo lo mejor: que gane siempre que juega.
-Comentaba que desea lo mejor a todos sus exequipos. ¿Y qué hay de los derbis?
-¡En los derbis voy con el árbitro! Tengo amigos en ambas ciudades y no quiero faltar al respeto a nadie. En mi corazón caben todos mis equipos. Cuando juegan entre ellos, que gane el fútbol. Además ahora, como entrenador, veo el fútbol con otros ojos, en vez de tanto corazón necesito tener la cabeza fría para observar. En el último derbi me pareció espectacular la relación entre clubes y aficionados Tiene que ser la fiesta del fútbol gallego, un partido bonito que tiene que jugarse durante muchos años.
