Celtas do Verdugo, un soplo de aire fresco al celtismo en Ponte Caldelas

ZONA CELESTE

CEDIDA

En solo seis meses, el segundo colectivo celtista de la localidad ha hecho casi de todo, pero su aventura, dicen, no ha hecho más que empezar

08 jul 2015 . Actualizado a las 15:58 h.

Por una parte, tienen la sensación de que ya han hecho casi de todo en sus seis meses de vida, pero por otra, Celtas do Verdugo cuenta con montones de proyectos por delante para poner en marcha. La peña de Ponte Caldelas fue creada a finales del año pasado y desde entonces le ha dado tiempo a sumar 97 socios -entre ellos el celtista japonés Hidetoshi Mori, cuya historia dio a conocer La Voz y que fue bautizado por ellos como Toshiño-, organizar su primer desplazamiento y ganar el Torneo de Peñas en su primera intentona. Se han revelado como una de las agrupaciones más jóvenes y más activas, y aseguran que no será flor de un día. 

Celtas do Verdugo ganó el trofeo de la Federación de Peñas en su primera participación.
Celtas do Verdugo ganó el trofeo de la Federación de Peñas en su primera participación.

«La idea fue de un grupo de seis chicos, todos entre 24 y 26 años, que solíamos hacer viajes con el equipo y coincidíamos con gente de otras peñas. Así nos entró el gusanillo y nos fuimos planteando por qué no crear la nuestra», explica su presidente, Bruno Montero. Reconoce que la cosa no fue tan sencilla como habían imaginado -«arreglar todos los papeles nos dio un chollo tremendo...»-, pero mereció la pena. «Tenemos esa idea de que nos vino todo junto en poco tiempo, pero hay todavía muchas cosas que queremos hacer», aclara.

Escudo de Celtas do Verdugo.
Escudo de Celtas do Verdugo.

El celtismo en su pueblo no es algo nuevo -«hay una tradición tremenda», constata- y, de hecho, existe otra peña a la que algunos de los miembros de esta llegaron a pertenecer, el colectivo que lleva el nombre del municipio (Peña Celtista de Ponte Caldelas) y cuyos integrantes tienen un perfil muy alejado del suyo. «Son gente mayor que tienen un autobús para ir a los partidos, pero no organizan actividades. Nos conocemos y les respetamos, porque además son una de las peñas más antiguas y con grandes celtistas de toda la vida». Sin embargo, ellos estaban empeñados en emprender «una cosa diferente, otro rollo». Una peña que no pude ni quiere estarse quieta ni un momento. 

El colectivo celtista preexistente en la localidad fue uno de los motivos que les llevaron a escoger una denominación que no hiciera referencia exclusivamente a Ponte Caldelas, pero no el único. «La elección fue algo agonizante. Queríamos un nombre potente y que involucrara a más gente, así que nos decidimos por el río Verdugo, que abarca otros concellos y es muy importante en la comarca», expone. Porque, precisamente, sus socios no incluyen solo a caldelenses, sino también a celtistas de municipios limítrofes, como A Lama o Fornelos.

Aseguran que ya forman una pequeña gran familia que tiene su casa en el Mesón Parada, donde se juntan unos 50 o 60 para ver los partidos de fuera. «Nuestra sede la tenemos pintada de celeste y el día que juega el Celta el que atiende lo pasa un poco mal con la cantidad de gente que nos juntamos», comenta Bruno entre risas. A Balaídos suelen acudir la mayoría de los socios, aunque viajan en coches particulares. «Solemos ir con tiempo para disfrutar, aparte de los partidos, también de las previas con el resto de los celtistas».

Los miembros de la peña ofrecieron a Hidetoshi Mori sumarse a ellos.
Los miembros de la peña ofrecieron a Hidetoshi Mori sumarse a ellos.

Una de sus asignaturas pendientes tiene que ver precisamente con el modo de vivir los partidos. «Estamos muy desperdigados por diferentes gradas y nos gustaría poder juntarnos en la medida de lo posible». Otros objetivos son recibir la visita de Toshiño en Ponte Caldelas, poder organizar cada vez más viajes a lo largo dela próxima temporada y, sobre todo, crecer y darse a conocer entre el celtismo para ser cada vez más. «Somos como una familia y solo por eso ya merece la pena. Vamos poco a poco y estaremos haciendo las cosas mejor o peor, pero a celtismo e ilusión no nos gana nadie».