Bueu Celeste, una peña nacida en el esplendor europeo y refundada en el desierto de Segunda

ZONA CELESTE

Los miembros de Bueu Celeste van desde niños a octogenarios.
Los miembros de Bueu Celeste van desde niños a octogenarios. CEDIDA

El colectivo celtista, creado en 1997, retomó su actividad en el 2010 tras un parón de tres años

14 may 2015 . Actualizado a las 17:34 h.

Corría el año 1997 cuando un grupo de celtistas decidió que era el momento de crear una peña de apoyo al club en Bueu, un municipio precedido por su afición al equipo vigués. «Eran los mejores años de la historia reciente del Celta», recuerda el hoy presidente, Gustavo Campos. A medida que aquellos momentos de éxito se fueron diluyendo, los miembros de Bueu Celeste sucumbieron al desánimo y acabaron por dejar que la agrupación cayera en la inactividad. Pero fue solo algo circunstancial entre los años 2007 y 2010. Porque no necesitaron nuevos éxitos para retomar el proyecto, sino que en plena etapa de Segunda ya no aguantaron más y volvieron a ponerse en marcha.

«Muchos somos los mismos que entonces y se nos ha ido sumando más gente. Quedó atrás el descontento y las épocas en que ya no veías a niños con la camiseta del Celta por la calle», comenta Campos. Los impulsores de la refundación, con o sin el nombre de Bueu Celeste detrás, no dejaron durante el parón de asistir a Balaídos y de animar al equipo. Las ganas de recuperar la peña fueron solo cuestión de tiempo. «Nos juntamos diez o doce, hicimos una reunión con la idea de reactivarla y poco a poco fuimos sumando gente», indica. Hasta los 87 actuales, con gran presencia de niños y jóvenes y con un veterano de 82 años que todavía sigue pisando con frecuencia Balaídos.

Su presencia en Balaídos es habitual, aunque distribuidos en diferentes gradas.
Su presencia en Balaídos es habitual, aunque distribuidos en diferentes gradas.

Como toda peña de fuera de Vigo -y no solo-, se enfrentan a las dificultades de los horarios de los partidos, a los desplazamientos y a las complicaciones para estar juntos en las gradas del municipal vigués. Una de sus asignaturas pendientes es retomar algo que lograron en la etapa anterior -con la Peña de Cangas- y solo puntualmente en la presente -con Ardán Celeste-: viajar en autobús junto con otros colectivos de aficionados de la zona. «Está el tema de la gente que trabaja, los jóvenes que quieren estar tres horas antes sobre todo cuando se organiza recibimiento y que contrastan con los mayores que no entienden para qué ir con tanta antelación... No es fácil ponerse de acuerdo y convencer a unos y a otros», admite. 

Otra particularidad que presentan es que al ser un pueblo marinero cuentan con bastantes miembros que viven el celtismo en la lejanía. Eso influye en que tengan un importante número de integrantes que no son abonados del club. «Contamos con celtistas que están embarcados en altura y que siguen al equipo en la distancia, pues están fuera la mayor parte del año. Prefieren comprar una entrada para los partidos que les coinciden mientras están en tierra», señala. El resto de los no socios tienen la opción de reunirse en su sede el restaurante Iglesario, en la parroquia de Cela.

Jonny y Charles, con las socias más pequeñas en un aniversario.
Jonny y Charles, con las socias más pequeñas en un aniversario.

Nolito, su amigo y socio de honor

Cuenta el celtista que les gusta utilizar las redes para darse a conocer y compartir fotos de su actividad, así como las novedades del equipo, pero que prefieren que los aficionados se les acerquen «por iniciativa propia». «Sé de celtistas que viven en Bueu y que no pertenecen a la peña. No nos gusta ir detrás de ellos, pero la verdad es que con el boca a boca se van acercando». Incluso se ha aproximado a ellos el propio Nolito, al que han hecho socio de honor. «Tiene un grupo de amigos en la zona, entre ellos nosotros, y viene a menudo por aquí. La gente de Bueu siempre está subiendo a las redes fotos con él», comenta divertido. 

Con Nolito, que se deja ver mucho por Bueu, y otros jugadores de la plantilla.
Con Nolito, que se deja ver mucho por Bueu, y otros jugadores de la plantilla.

Precisamente, la presencia de los futbolistas siempre es un reclamo para fomentar el celtismo. «Cuando celebras el aniversario, lo primero que te pregunta la gente es a quién vas a traer en representación del club, porque si vienen los de siempre no tira tanto», constata. En ese sentido, les ha perjudicado la -pese a todo positiva- proliferación de nuevas peñas, ya que «al haber tantas, la Federación ya solo manda a jugadores en el quinto, el décimo... Las cifras redondas». Ellos celebraron en enero el primer lustro desde su vuelta a empezar. El primero de muchos, esperan.