El grueso de los componentes de Hordas se reúne en los fines de semana de partido a domicilio en La Cabaña, que ya acogió su inauguración oficial -con presencia de Hugo Mallo- a finales del 2013. «Llevamos las banderas, las bufandas... De todo. Se trata de montar una pequeña fiesta en cada partido», destaca Fernández. Lo mismo que tratan de hacer en las gradas de Balaídos cuando toca ejercer de locales. «Muchos estamos en Río, con peñas como Lío en Río o Beretes, con las que tenemos muy buena relación. Luego hay miembros en Marcador, en Gol, en Preferencia antes de las obras...». Les gustaría juntarse en el estadio, pero lo ven «demasiado complicado».
Pese a esa señal de identidad de que todos los integrantes de la peña se conocen, hay una excepción que confirma la regla: el catalán Miguel Moncada. «Lo conoció Óscar a través de las redes y ya estuvo aquí varias veces para ver partidos con nosotros como uno más», recuerda. Entre ellos, el derbi del pasado febrero. «No solemos organizar viajes, porque la mayoría de los miembros por nuestros trabajos lo tenemos bastante complicado, pero a A Coruña sí fuimos y cuando algún miembro quiere viajar le ayudamos en todo lo que podemos».