El futbolista vigués Adrián Rodríguez guía los pasos alimenticios de otros jugadores al tiempo que es máximo goleador de su liga con el Céltiga
12 dic 2024 . Actualizado a las 12:37 h.El vigués Adrián Rodríguez Vaz (1996) se formó en la cantera del Celta, donde llegó a un filial en el que, años después, ejerció de nutricionista durante dos temporadas, entre el 2022 y este 2024. Ahora, todavía en activo como futbolista del Céltiga, con el que es máximo goleador del grupo 1 de Preferente -anotó los tres goles del triunfo ante el Juvenil de Ponteareas (1-3) la pasada jornada-, asesora en alimentación un grupo de deportistas, tanto hombres como mujeres, una mayoría que practica fútbol y, algunos de ellos, profesionales.
Cuenta que decidió formarse en este ámbito casi por descarte. «Estaba en el Celta y quería elegir algo que pudiera hacer cerca. Tampoco quería que fuera online, porque si me tenía que obligar yo a estudiar, no lo iba a hacer», se sincera. Así que apareció la dietética, que le llamó la atención y le quedaba cerca, en el IES Chapela. «No sabía si me iba a gustar ni si me iba a poder dedicar a ello, pero podía ser que valiera para mí», recuerda ahora, ya con la respuesta afirmativa.
Tras una tentativa frustrada por el covid de hacer prácticas en el Celta de la mano de Federico Mallo, del que habla maravillas y que trabajaba entonces en el primer equipo, no estaba ejerciendo de nutricionista hasta que coincidió en el Choco con Antón Iglesias, Kopa, que en ese momento era responsable de esta parcela en el primer equipo celeste. «Necesitaban a una persona para el filial y me llamaron. Fue una experiencia muy buena», indica.
Le supuso «volver a estar cerquita del fútbol profesional» y en unas instalaciones como las de la Cidade Deportiva Afouteza, que «no conocía y son una maravilla». «El primer año estaba algo más con el primer equipo, que hay más contacto porque desayunan y comen allí. Con el filial, es más colectivo», pero también con cuestiones individuales como preparar preentrenos, posentrenos, controlar pesos y pliegues o estar pendiente de las comidas en los viajes. Además, «cada uno tiene sus duda y les vas orientando».
Tras un parón para estar más con su hija, decidió montárselo por su cuenta —en sus propias palabras— como nutricionista. «Intento llevar, sobre todo, a futbolistas, porque es lo que más me gusta, pero también a deportistas en general», detalla. Está contento y trabajando bastante, gracias a sus contactos de tantos años en el mundo del fútbol y al boca a boca. «Tener gente es lo más difícil, pero aparte de haber conocido gente en estos años, las redes sociales también ayudan, aunque no es algo que me encante», asegura. En Instagram, da a conocer su trabajo a través de @arvnutricion.
Ni fórmulas mágicas ni milagros
Abierto a que sean más, también tiene clara la importancia de no sobrepasar un número determinado para que la atención pueda ser personalizada, algo fundamental. «Me gusta estar pendiente tanto de la alimentación como de sus resultados, en contacto semanal», señala. En muchos casos, viven fuera, por lo que, principalmente, el seguimiento es online. Y partiendo de una premisa indudable: «No hay fórmulas mágicas ni milagros, pero sí que es importante para los deportistas el físico en general y la alimentación en particular».
Nota Rodríguez Vaz que cada vez se toma más conciencia de que los hábitos alimenticios repercuten de forma directa en el rendimiento deportivo. «Hace unos años, no era tan importante. Ahora, lo está siendo. Los atletas son cada vez más físicos y solo con la técnica o el talento, seguramente no llegues si no lo acompañas de una buena alimentación, aparte de gimnasio, descanso, la salud mental...», enumera otros factores desde un enfoque global. «Cuando yo empecé a estudiar, en el filial teníamos nutricionista, pero solo era uno y se encargaba más del primer equipo. Era Federico Mallo, un fenómeno, un crack», dice sobre uno de sus referentes y con el que guarda relación.
Su experiencia como futbolista también le ayuda a la hora de asesorar a compañeros de deporte. «Haber jugado y seguir jugando, aunque sea a otro nivel, ayuda. Sé más por dónde pueden ir la cosas, qué pueden pensar... Conozco todo lo que hay alrededor y creo que sí es un plus», valora. En su caso personal, hasta que se introdujo en este ámbito profesional, no le daba «ninguna importancia». «No me fijaba o no me paraba a pensarlo. Hasta juveniles, que había alguna charla puntual, tampoco se trataba mucho el tema», algo que sabe de primera mano que ahora este distinto, pues también lleva a canteranos célticos. Y él contribuye a este nuevo enfoque.
Partiendo de la base de que es básico el trato personalizado y la adaptación a cada persona y circunstancia -horarios, número de comidas, si son profesonales del fútbol o compaginan con otra actividad laboral...-, recuerda que las pautas generales son las conocidas por todos. «Comer más verduras, fruta y pescados seguramente sean las tres cosas que más cuestan a la gente y que son importantes para cualquier persona», esboza. En función de lo que haga la persona, ya se puede hablar de días, cantidades y más cuestiones concretas.
«Se veía que Claudio iba a llegar»
Durante su etapa como nutricionista del Celta B, Adrián Rodríguez coincidió con un Claudio Giráldez que hoy entrena al primer equipo. «Estuve dos años con él y su cuerpo técnico, a los que ya conocía de antes», explica. Había jugado con su analista, David Areal; contra el segundo entrenador, Róber Fernández, durante muchos años, y al propio técnico lo conocía del Porriño, pues subió siendo juvenil a Preferente y estaba él haciéndose cargo del equipo junto a Humberto Lede, hoy coordinador de As Celtas. A Christian Fernández lo tuvo en el filial celeste.
Con todos ellos se sintió «muy cómodo», aparte de corroborar la idea que ya tenía de antes. «Se veía que iban a llegar, no sabía si en el primer equipo del Celta o en otro sitio. Claudio es un entrenador top, le gusta tener todo muy controlado y que todo vaya bien. Se veía que iba a hacer carrera como entrenador profesional porque lo tenía todo para que fuera así». Una predicción que muchos de los que coincidieron con él hacían y que ahora es una realidad.