El Celta no cambió su idea de juego ante el Barcelona, pero sí ajustó su sistema
25 nov 2024 . Actualizado a las 20:46 h.El Celta no cambió su idea de juego ante el Barcelona, pero ajustó su sistema para defender con un 5-4-1 y atacar con un 4-3-3, demostrando cintura táctica Claudio Giráldez, uno de los grandes apóstoles del 3-4-3 como dibujo. La idea, bien interpretada por los suyos, sirvió para controlar a un rival que nunca estuvo cómodo en Vigo.
En fase ofensiva
Javi y Minguez, laterales; Hugo Álvarez y Bamba, extremos
El sistema de juego del Celta fue un tanto camaleónico. Cada vez que el conjunto vigués salía jugando con el balón, Javi Rodríguez y Óscar Mingueza se convertían en laterales, mientras que Hugo Álvarez y Jonathan Bamba ejercían de extremos, buscando darle amplitud al juego.
Iago Aspas e Ilaix jugando por dentro
Que Hugo Álvarez ocupase el costado derecho le daba más libertad a Iago Aspas, que podía situarse en el pasillo central a la misma altura de Ilaix Moriba, que dejaba a Fran Beltrán por detrás para equilibrar el equipo. Por esa vía, llegó la ruptura de fuera de juego del capitán que terminó en el penalti que el árbitro no quiso ver e Ilaix apareció en varias ocasiones en la izquierda ganándole la espalda a los zagueros.
Fase defensiva
Una línea de cinco para arropar a Guaita
A la hora de defender, al Celta acabó cerrando con cinco jugadores, utilizando su línea habitual de tres centrales (Javi Rodríguez se unía a Carl Starfelt y Marcos Alonso), mientras que Hugo Álvarez ocupaba el carril derecho y Óscar Mingueza, el izquierdo. Destacó el marcaje del zaguero de Poio a Dani Olmo, que se marchó desquiciado del partido.
Cuatro centrocampistas y Douvikas el único descolgado
A la hora de defender, Iago Aspas y Bamba se unían Beltrán e Ilaix Moriba en el centro del campo, quedando como único jugador descolgado Tasos Douvikas, que Giráldez utilizó como una especie de cebo para después lanzar el ataque del cuadro vigués ante una defensa muy adelantada.
Por otra parte, en los dos casos, tanto en la fase defensivo como la ofensiva, el Celta fue capaz de igualar la capacidad física del líder, que es uno de los conjuntos que más exigen a los rivales por la alta intensidad que imprimen a todas sus acciones. Un buen indicativo.