Iker Losada: «Siempre tengo un ojito puesto en todo lo relacionado con el Celta»

MÍRIAM V. F. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Julio Muñoz

Con ganas de su primer reencuentro con su exequipo, el canterano y excéltico está feliz en el Betis

07 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Iker Losada (Catoira, 2001) se enfrenta este domingo al Celta por primera vez. Lo hace como futbolista del Betis, de Primera, categoría en la que debutó como céltico, pero de la que estuvo alejado cinco años hasta este regreso. Los números dicen que, por ahora, no tiene un papel protagonista, pero sus palabras y el tono en que las pronuncia transmiten motivación para seguir mejorando y ganarse más oportunidades. Se dice feliz en su actual club.

—Llegó al Celta con once años. ¿Le dio tiempo antes de enfrentarse al club vigués en alguna ocasión?

—(Piensa) Pues creo que no, que con el Catoira nunca llegué a jugar contra ellos.

—¿Y cómo afronta esta primera vez contra su exequipo?

—Con muchas ganas. Tengo muchos amigos allí: todo el actual cuerpo técnico y unos cuantos compañeros: están los Hugos (Álvarez y Sotelo), Damián (Rodríguez), Pablo (Durán)... También me apetece reencontrarme con Iago (Aspas) y con todos con los que he compartido vestuario y momentos. Podría decir muchos más nombres.

—¿Cómo ve a Claudio Giráldez en el primer equipo?

—Muy bien. Es un entrenador que demuestra que quiere el balón, que tiene esa valentía por la que muchas veces dicen que peca de juventud, pero yo veo que el equipo juega bien y que da gusto verlos.

—¿Qué significó él en su carrera?

—Mucho, fue muy importante para mí. Fue un entrenador que me dio mucha confianza, siempre creyó en mí y, como decimos siempre, es mi papi. Cada vez que le escribo o me escribe, empiezo la frase con «papá».

—Los dos revelaron que habían hablado en verano sobre su futuro. ¿Llegó a pensar que podía jugar en el Celta esta temporada o nunca estuvo tan cerca?

—Recibí llamadas de equipos, pero desde que contactó conmigo el Betis, es una decisión que tomas en un segundo y estoy muy contento de haberla tomado. Con Claudio tengo muy buena relación de las categorías inferiores, hablamos y nos contamos. Cuando tuve la oferta del Betis, me felicitó. Siempre nos vamos contando cosas.

—¿Se ha planteado si las cosas podrían haber sido distintas en Vigo si Giráldez hubiera subido un año antes?

—No me paro a pensar en eso. Son decisiones que se toman y las respeto, solo faltaría. Nunca estoy pendiente de lo que podía haber pasado, de «y si...». Es algo subjetivo. Estoy contento de cómo me fue y tengo que seguir trabajando, solo eso.

—¿En qué se parecen y en qué se diferencian Claudio y Pellegrini?

—Los dos quieren jugar, les gusta tener el balón y crear muchas ocasiones. Son más parecidos de lo que yo me esperaba. No sabría decir una diferencia importante.

—¿Sigue al Celta como aficionado o como profesional, como a cualquier otro equipo?

—Como aficionado, claro. Estuve muchos años en el Celta y siempre tengo un ojito para ellos, y más, con amigos míos allí.

—¿Cree que puede ser una temporada sin sufrimiento para el equipo vigués o que todavía se puede complicar?

—Seguro que no va a sufrir. Está jugando bien, teniendo buenos resultados y es lo que le deseo, menos este fin de semana, que espero que gane el Betis. Pero todo les va muy bien y seguro que va a seguir así.

—¿Y también tiene un ojito en el Celta B o ya queda lejos?

—También, por supuesto. Siempre digo que sigo teniendo a Canteira Celeste en Instagram y nunca me voy a ir de ahí. Siempre estoy con un ojito para todo lo relacionado con el Celta.

—¿Tiene una asignatura pendiente de jugar asentado en Primera con el Celta en algún momento de su carrera?

—Nunca digas nunca, pero ahora mismo, tengo las ideas claras y quiero estar aquí, en el Betis. Tengo contrato, estoy contento y mi intención es seguir trabajando mejorando. Lo que pienso es en seguir con muchas ganas, porque esto solo acaba de empezar.

—¿Le cansa la pregunta de si va a volver a Vigo?

—No. Al final, que hablen de ti es bueno, significa que estás haciendo las cosas bien. Durante la temporada, ya no miro redes socales; tengo Instagran y TikTok, y Twitter ya casi no lo consumo. No me gusta estar pendiente de lo que se diga, soy futbolista y mi trabajo es demostrarcosas en el verde. Lo que se hable fuera, que se hable.

—¿Cómo ve al Betis de cara a esta cita contra el Celta?

—Creo que estamos muy bien. Venimos de ese empate en San Mamés y tenemos que seguir por esa línea de querer el balón, de tener ocasiones, que estamos teniendo muchas, y necesiamos finalizar mejor, y hablo por mí, que tuve una. Pero es positivo que estemos generando y falta acabarlas de la mejor manera. Esta semana tenemos partido de Conference y luego, el Celta, son seis puntos muy importantes entre el ámbito europeo y la liga.

«Aprendí mucho del batacazo tras debutar en Primera con el Celta el 2019»

Iker Losada aprendió en el equipo vigués a gestionar los malos momentos y no considera que el actual lo sea, pues se siente feliz, esforzándose día a día y con muchas ansias de mejorar. Siente que está creciendo y aprendiendo.

—¿Qué balance hace de estos primeros meses en el Betis?

—Está siendo un tiempo de mucho aprendizaje, que es lo más importante cuando vienes a un club como este y trabajas con gente de un nivel admirable.

—¿Se siente debutante pese a aquellos partidos con el Celta?

—Bueno, ya no soy debutante de esos primerizos, pero sí que soy aún novatillo en Primera (ríe).

—¿Qué tal el salto desde Segunda?

—Muy bien. Tenía muchas ganas de volver a estar en Primera, de disfrutar de ser jugador de esta categoría, que es lo que sueñas de pequeño y lo estoy cumpliendo.

—¿Qué se llevó del año en Ferrol?

—Una familia, que es lo que éramos jugadores, cuerpo técnico, afición... Y se notaba en el campo, lo hacíamos ver. Sentimos mucho el cariño de la afición, que es magnífica.

—Quitando las ganas de llegar a Primera, ¿le dio pena que esa etapa no fuera más larga?

—Sí, pero todos tenemos ganas de cumplir sueños y el mío era este. El Racing me dio la oportunidad de ser profesional en Segunda y fue un año superbonito. También fue de mucho aprendizaje en una liga como es la Segunda, que por algo la llaman Hipertensión. Cuando trabajas en un club que sientes familia, es todo mucho más llevadero y lo viví con mucha ilusión.

—¿Esperaba tener algo más de protagonismo en este inicio o ya contaba con la dificultad de la competencia?

—Sabía que la competencia iba a ser dura en el día a día. Todos queremos jugar y toca cumplir el papel que nos corresponda y desempeñarlo de la mejor manera. Sigo trabajando como el que más y estoy contento. Me han hecho muy fácil la adaptación y también me he podido reencontrar con Fran Vieites, que nos conocemos desde pequeñitos y estar cumpliendo este sueño juntos también era un punto muy a favor.

—¿Qué le pide Pellegrini?

—Que sea yo, que sea descarado, que juegue como sé y que tenga ese espíritu de ganador que hay quien dice que no tengo pero él me vio.

—En su día, contó que gestionó mal bajar al juvenil tras debutar en Primera. ¿Cómo lleva ahora el aspecto psicológico?

—Muy bien. Cuando eres joven, piensas que la cabeza no es importante, pero lo es. Cada vez tengo más claro que cuando estás bien mentalmente es cuando mejor estás físicamente, cuando no tienes ganas de ir al gimnasio, por ejemplo, te da ese plus. Al principio de mi corta carrera, es verdad que me costó ya no solo bajar, sino gestionar decisiones como que juegues o no. Ahora, es distinto. No sé si es la edad o el trabajo que hago, pero he asumido que son decisiones que toman los entrenadores y las tienes que respetar.

—Llegó a confesar que hubo un momento en que afrontaba los entrenamientos sin ganas y de forma rutinaria. Ahora, en Primera, ¿tiene motivación extra?

—Sí. Pero aquello venía dado por esas decisiones que se iban tomando y me costaba entender. Al final, eres un poco inmaduro hay veces que piensas en ti más que en el equipo. Ahora, lo pienso y veo lo tonto que fui. Soy un privilegiado por dedicarme a lo que me gusta y estar donde estoy, juegue más o menos. Tengo que seguir trabajando para conseguir objetivos más pequeños.

—¿Qué papel jugó ahí Laura Centoira, actual psicóloga del primer equipo del Celta?

—Cuando pasó todo, ella era la psicóloga que tenía, junto con Javi (Rodríguez Arias), que ya no está en el club, y vieron cómo mi cabeza decía cosas y después mi cuerpo no actuaba. Ella siempre me cuidó, la veré y le daré un abrazo enorme. Fue  muy importante, porque fue como una caída, entre comillas, que tuve.

—Da la sensación de que aquellos momento complicados le sirvieron de aprendizaje.

—Sí, digo siempre que cuando ganas, ganas, y cuando pierdes, aprendes. A base de perder, vas aprendiendo mucho. Todo aquello después de debutar en Primera fue un batacazo o un palo de los que te da la vida y aprendí mucho, es cuando más aprendes. Somos privilegiados de practicar este deporte, el trabajo que deseaba desde pequeñito. Hay momentos que en tu trabajo hay cosas que consideras una mierda, con perdón de la palabra, y la realidad es que, comparando con otros, no puedes quejarte de nada.

—¿Qué tal lleva lo de estar lejos de casa?

—Lo que más echo de menos es a mi familia. Tanto en Vigo como en Ferrol estaba a una hora de casa y siempre que podía, me escapaba para estar una tarde allí y eso es lo uqe más echo en falta. Y el clima también se echa de menos, porque el de aquí no tiene nada, nada que ver (risas). Pero son gajes del oficio.