Los vigueses mandaron hasta el minuto 60, pero sus fallos defensivos les condenaron en Butarque
27 oct 2024 . Actualizado a las 16:05 h.Cuando parecía que el Celta había inclinado el campo para asaltar Butarque, llegó la debacle. Dos fallos defensivos, uno en cada banda, alfombraron el triunfo al Leganés, que terminó viviendo su día de fiesta, aprovechando las facilidades defensivas del conjunto vigués. El 3-0 en absoluto refleja lo ocurrido en el partido, pero fue la consecuencia de una preocupante desconexión de la tropa de Claudio Giráldez. Madrid sigue siendo un territorio maldito.
El primer enigma a resolver era el posicionamiento defensivo del Celta y Borja Jiménez se apuntó a la tendencia de igualarle el sistema a un Celta que solo hizo dos cambios: el regreso de Iago Aspas e Ilaix Moriba después de cumplir el partido de sanción.
Con los dos equipos igual de plantado y con los pepineros presionando alto siempre que tuvo oportunidad, el partido se convirtió en un atasco continuo, aunque con el Celta teniendo más el balón y sobre todo poniendo a prueba a Dmitrovic con cuatro tiros entre palos con Iago Aspas como jugador más activo a la hora de mirar al arco contrario.
El Celta, sin el vértigo de otras ocasiones y con el Leganés tapando las bandas con Altimira y Franquesa como carrileros, intentó ganar la batalla en el pasillo central que visitaban Bamba y Aspas de un modo habitual, pero tanto era el tráfico que apenas había un metro cuadrado para poder mover el balón. Aun así Ilaix avisó desde la frontal, Aspas lo intentó en un par de ocasiones desde lejos y en otra su vaselina salió por encima del larguero. Hugo Álvarez lo tuvo todo a favor en la única entrada clara por banda, pero no se atrevió a disparar con la zurda y se quedó sin opción de gol.
Los pepineros, muy precavidos, buscaron en el balón parado y en los centros laterales su suerte, pero una parada de Guaita y dos bloqueos de Starfelt neutralizaron el peligro.
El Celta volvió del vestuario con una marcha más. El equipo de Giráldez tenía el balón, lo movía rápida y, a diferencia de la primera mitad, encontraba espacios y llegaba a la portería pepinera. Aspas, Sotelo y Bamba tuvieron claras ocasiones de adelantar al conjunto vigués, pero le fallaron en la definición. Todo lo contrario le sucedió al Leganés, que convirtió en gol todo lo que tiró en la segunda mitad. Marcos Alonso perdió el balón en el carril izquierdo, el Leganés montó una contra de vértigo y Diego García marcó con un tiro cruzado tras asistencia de Raba.
El 1-0 dejó noqueado al Celta. Giráldez intentó arreglarlo con tres cambios, pero el partido ya no tenía solución. Porque después de un par de avisos del Leganés, el fallo celeste llegó en el costado derecho. Fue un robo de Miguel que le entregó el balón a Brasanac para que marcara dándose la media vuelta. En pleno desbarajuste celeste, los pepineros marcaron por primera vez tres goles en un partido. Les bastó con un centro lateral que cabeceó Sergio a placer y sin oposición. Un patético final.