El albaceteño del Celta estaba cuajando un buen partido ante el Osasuna
02 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Alfon González había salido tras el descanso y estaba cuajando un buen partido con el Celta frente al Oasuna cuando, en una acción con Areso, vio la cartulina roja. El albaceteño levantó la pierna para controlar un balón ante el lateral, pero su bota acabó impactando en el cara del rival y el colegiado Martínez Munuera no dudó a la hora de indicarle el camino de los vestuarios.
El entrenador del equipo vigués, Claudio Giráldez, reconoció que con el reglamento en la mano, la acción es merecedora de esa sanción, por mucho que el ex del Celta Fortuna no viera a rival. «Nos estaba dando energía, había entrado bien. La parte positiva es que no bajamos los brazos en ese momento», valoraba. No cree que este tipo de erores tengan que ver con la edad ni la falta de experiencia, sino que los vincula con «situaciones puntuales de toma de decisión que les pueden pasar a cuaquiera». Que les esté sucediendo a ellos -preguntado por esta acción y por el penalti de Hugo Álvarez en Villarreal- cree que será positivo para que no se repitan.
El atacante será baja tras el parón de cara al duelo frente al Valladolid del 15 de septiembre a las 14.00 horas. La expulsión le llega a Alfon en su cuarto partido en Primera, el segundo de la presente temporada tras los que disputó en el curso 2020/2021. La anterior en su carrera había sido por doble amarilla con el Internacional de Madrid frente a la Ponferradina el 9 de diciembre del 2018. Es la primera expulsión de un jugador del Celta este curso después de que la mostrada a Aspas en la primera jornada fuera revocada a instancias del VAR.
Dos goles en propia meta, uno por cada bando
El Osasuna-Celta registró dos goles en propia meta, uno en cada portería, aunque el letal se registró en la celeste. Porque fue el primero, justo en el minuto 44 y cuando el partido caminaba en tablas hacia el descanso. El de Moi para poner el 3-2 fue testimonial, pues llegaba en el descuento, con los vigueses en inferioridad numérica, y apenas daba esperanzas a los visitantes de igualar el partido.