
El canterano destaca que nunca dudó de su deseo de seguir en Vigo y así se lo transmitió a su agente
28 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.El canterano del Celta Fer López (2004) ha renovado su contrato con el club vigués hasta el 2028. Faltaba la oficialización y llegó en la mañana de ayer. «O canteirán Fer López amplía a súa vinculación co RC Celta, que se iniciou hai máis dunha década, en categoría benxamín. O centrocampista, de 20 anos de idade, seguirá ligado ao conxunto celeste catro campañas máis», indicaban en un comunicado en el que hacía hincapié en el «compromiso» de las dos partes para seguir juntas.
«Siempre dije que mi única opción era quedarme, ya se lo había comunicado a mi agente, porque es donde soy feliz, con mi familia y mis amigos. Mi sueño es llegar al primer equipo del Celta», recalcaba el jugador en declaraciones a los medios del club tras la oficialización. Muestra su agradecimiento al club, a Marián Mouriño, a Marco Garcés, a Álex Otero, a todo el personal del club e incluso a gente que ya no está, recordando que lleva «mucho tiempo» en la entidad. No se olvida de sus compañeros: «Me han ayudado a llegar hasta aquí». Tampoco de su familia, su representante y la afición: «Que un filial meta tanta gente en Balaídos lo agradecemos muchísimo».
No obvia López que su camino hasta aquí no ha sido fácil. Tras deslumbrar muy pronto, el desarrollo físico tardío le jugó una mala pasada y se tuvo que ir cedido una temporada al Rápido de Bouzas en busca de un protagonismo que tampoco encontró allí, en la temporada de la pandemia. «Lo pasé mal porque, básicamente, no crecía. Con trece o catorce años, parecía un niño», recuerda.
Cuenta que «venía de hacerlo bien anteriormente» —era de esos jugadores que destacaban y recibían reconocimientos individuales en los torneos— y fue un cambio de escenario importante el que le tocó afrontar. «Gracias al apoyo de mi familia, sobre todo mi madre, al ser psicóloga, y gracias a gente dentro del club como Claudio (Giráldez), que apostó mucho por mí en esas épocas en que no había tanta gente que lo hiciera», dice. Ahora, mide 1,89 y admite divertido: «Nunca pensé que fuera a ser tan alto».
Giráldez hablaba hace algo más de un año en La Voz sobre el proceso que había vivido el jugador y sobre su postura al respecto. «Volvía al Celta después de no jugar en la cesión en el Bouzas —en el 2020— y me empeñé, entre comillas, en que se quedara. Prefería tener talento y paciencia, esperar que creciera, y el club me lo concedió», relataba. En el curso 2020/2021, acabó participando después de jugar poco en la primera vuelta. «Fue creciendo a nivel físico y futbolístico y en la segunda ya fue importante, de los más destacados», decía. Vinieron dos temporadas más en el Juvenil A, en la segunda, jugando con el C Gran Peña, y la pasada dio el salto al Fortuna.