Guaita: «Yo no decido nada, fue el club el que cambió de entrenador»

X.R.C. VIGO

GRADA DE RÍO

RC CELTA

El portero considera que el Celta juega ahora más al fútbol con Giráldez

03 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay historias que se convierten en leyendas. A Vicente Guaita se le atribuye un paso decisivo en el vestuario para poner fin a la estancia de Rafa Benítez al frente del equipo. El portero de Torrent, que compareció por primera vez, no quiso atribuirse ningún protagonismo en ese aspecto: «Yo no decido nada, fue el club el que cambió de entrenador». Eso sí, no esconde que el Celta juega más al fútbol con Claudio Giráldez.

Curtido en mi batallas, el valenciano intentó pasar página de la mejor manera sobre un incidente cuya magnitud quedará siempre en los intramuros de la ciudad deportiva Afouteza. «Son charlas que tenemos dentro del vestuario, salieron cosas inciertas que lo único que hicieron fue dañar al club más que beneficiarlo. Cuando las cosas no van bien, lo importante es hablarlo, se habló y se solucionó». Dejando claro, como era obvio, que el cese del entrenador madrileño no fue una decisión suya, sino de la cúpula del Celta. Curiosamente, Rafa Benítez fue uno de los valedores del portero de Torrent para su complicado aterrizaje en el club casi sobre la bocina del mercado estival.

Donde Vicente Guaita no puso dobleces fue en el significado balompédico del cambio de entrenador. «Con el cambio de entrenador, se ha visto que el equipo juega más al fútbol, busca ser protagonista y se han conseguido más puntos, que nos hacían falta», sentenció. Tampoco esconde que el porriñés tiene una idea de fútbol diferente a la de Benítez. «Claudio tiene otra visión de juego, hay una idea que está trabajada y sale en cada partido. Le da mucha confianza a cada jugador para conseguir el objetivo».

A nivel personal, el relevo en el banquillo no ha supuesto nada para él. Guaita se hizo con la titularidad en el partido de la primera vuelta ante el Atlético de Madrid y desde entonces, acumula 24 contiendas de liga consecutivas con 2.132 minutos encima. «Al principio tuve que esperar mi oportunidad, fue por la expulsión de un compañero, me hubiera gustado que fuese de otra manera, pero todos estamos para ayudar al Celta».

Con galones

Aunque no porte el brazalete, quizás por su veteranía y experiencia, el valenciano se convirtió en uno de los jugadores con galones dentro del vestuario del Celta. Con un espíritu crítico, cuando los partidos no salen como se esperaba, pero siempre con ánimo aglutinador. Como ejemplo, el perdón que pidió a la afición tras el mal partido con el Alavés: «Somos conscientes de que no hicimos un buen partido. Pedimos disculpas a nuestra afición porque no fuimos capaces de dar una buena imagen».

Con una temporada más de contrato y 37 años encima, el guardameta no sabe lo que le deparará el futuro, pero tampoco cierra la puerta a ampliar su vinculación con el Celta: «Renové dos veces mi contrato en Inglaterra cuando pensaba que había firmado mi último contrato y ahora estoy aquí. Si me encuentro bien, por qué no seguir un poco más». Por el momento le queda vínculo en Vigo.

Un partido «de diez» para tener opciones ante el Villarreal en un duelo crucial

El Villarreal llega embalado a Vigo y en el vestuario del Celta son conscientes de ello. «Vamos a tener que hacer un partido de diez para conseguir puntos», reconoció Guaita, que no ha podido dejar su portería a cero en las tres últimas contiendas y que ahora tendrá enfrente a delanteros de primer nivel.

Reconoció que 50 goles en contra en 33 jornadas es una cifra preocupante. «Puede que lleguemos (a una medida) de dos por partido, que son muchos, y quiere decir que no se han hecho las cosas bien», sin atreverse a hacer en público un diagnóstico de los males defensivos del equipo: «El resumen tiene que ser a final de temporada. Puedes achacarlo a muchas cosas, pero defensivamente se puede mejorar». Tiene claro que de haber encajado menos, igual el equipo no estaría ahora en una situación complicada en la tabla.

Por otra parte, el valenciano no le dio importancia al hecho de que el Celta salga al campo sabiendo los resultados de Cádiz y Mallorca, sus dos rivales más directos por la salvación. «Donde tenemos que estar bien es en nuestro partido. Si hacemos bien las cosas, después no miras al rival», considerando clave que el equipo se haga fuerte en Balaídos, donde tiene claro que el equipo se siente más cómodo en las últimas jornadas. Ahora le espera una dura reválida.