Dos entrenamientos con afición en Afouteza en tres años

LA VOZ VIGO

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

La ciudad deportiva del Celta, donde entrena el equipo desde noviembre del 2020, sigue siendo casi inaccesible para el celtismo

20 nov 2023 . Actualizado a las 21:20 h.

El 26 de noviembre del 2020, el primer equipo del Celta completaba su primera entrenamiento en las instalaciones de la Cidade Deportiva Afouteza, en Mos. A Madroa quedaba atrás y comenzaba una nueva etapa en la que el recinto ha sido un lugar completamente cerrado a la afición salvo contadas excepciones. Ha habido visitas para abonados y peñas, pero la cifra de sesiones de trabajo de los célticos con presencia de aficionados se reduce únicamente a dos.

Fueron dos ocasiones señaladas y, la primera de ellas, por sorteo y limitada a niños con adultos acompañantes. La fecha elegida para esa primera vez en que parte de la afición pudo acceder fue el 23 de agosto del 2022. El club alcanzaba los 99 años y, con ese motivo, se decidió que un número limitado de aficionados sub-15 pudieran estar presentes en una sesión dirigida por Eduardo Coudet. «¿Los dejaron libres?», decía el Chacho ese día en referencia a que la prensa también podía presenciar por primera vez una sesión.

El traslado desde A Madroa se hizo cuando la pandemia de covid-19 todavía estaba muy presente y eso propició que tardara en abrirse. Pero entre ese día del 99 aniversario y el anterior entrenamiento abierto, todavía en Candeán, pasaron dos años y medio. Había sido el 25 de febrero del 2020, en un día lluvioso que correspondía al martes de Carnaval, lo que propició la presencia de muchos niños. Lo cierto es que, por aquel entonces, en los últimos tiempos de A Madroa, los entrenamientos abiertos también se habían convertido ya en algo poco común.

Pero de no ser habitual ha pasado a ser algo excepcional. Más de nueve meses pasaron entre aquel día del verano del 2022 y la siguiente presencia del celtismo en Afouteza. Ya sin ningún tipo de limitación de aforo y con una respuesta sin paliativos por parte del celtismo. Era el 3 de junio del 2023, la víspera del partido por la salvación frente al Barcelona que cerró la pasada campaña, que se resolvió de manera satisfactoria.

En aquella situación de vida o muerte, el celtismo se movilizó por completo y abarrotó las instalaciones aquel sábado por la mañana. Fue una sesión corta, de apenas tres cuartos de hora, en la que se dieron cita aficionados de todas las edades, especialmente muchos niños y jóvenes, con pancartas de apoyo y enviando mensajes de ánimo de principio a fin.

A partir de ese día, y en lo que va de temporada, no ha vuelto a haber ningún entrenamiento abierto. No es raro ver a aficionados en las inmediaciones, pero esperando fuera a la salida de los jugadores en sus vehículos para sacarse fotos o pedirles autógrafos, algo que en la antigua ciudad deportiva se podía hacer dentro incluso cuando los entrenamientos no eran accesibles al público.

Aunque con épocas de más o menos apertura, a veces también en función de las preferencias de los entrenadores, había dos fechas claves en las que el celtismo solía tener acceso a los entrenamientos: la primera sesión de cada pretemporada y las fechas navideñas, siempre propicias para que acudan los más pequeños. Pero esas dos citas han pasado a la historia, a la espera de lo que suceda estas Navidades.

Idea de cercanía

La filosofía de la nueva directiva, encabezada por Marián Mouriño, pasa por una mayor cercanía con la afición. Esto se ha visto con las peñas, que ya se han reunido con ella. Además, la presidenta está teniendo mucha presencia en las actividades de las peñas, y el ejemplo más reciente es de este mismo sábado, cuando acudió a una celebración de la peña Comando Celta, de las más veteranas.

El mayor obstáculo es precisamente la manera en que fue concebida la Cidade Deportiva Afouteza. El club ha aducido en alguna ocasión en el pasado que no tiene gradas y que es complicado que pueda entrar la afición. Pero con dos excepciones por ahora.