En su primer año sénior, el futbolista vigués prueba suerte en el Fursan Hispania de Míchel Salgado
22 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Canterano del Celta de la generación del 2004, Henok Abalde prueba suerte esta temporada en el Fursan Hispania -el equipo de Dubái de Míchel Salgado y Pablo Coira- tras finalizar su segundo paso por el club vigués, al que había vuelto hace dos años tras un paréntesis. Habla de la etapa actual como «una nueva aventura» tras abandonar su «casa», a la que no cierra las puertas para volver en el futuro si se diera la ocasión, como ya pasó una vez.
El pasado verano, cuenta, tenía otras posibilidades más próximas geográficamente, pero esta le «atrajo desde el primer momento», pese a ser algo que «no contemplaba cuando finalizó la temporada». «Tenía opciones en España, pero cuando me hablaron de este club, aunque me entraron esos miedos de saber cómo iba a ser todo aquí, fuera de casa, eran más mis ganas de vivir esta experiencia», asegura. Le suponía «un reto» y quiso lanzarse.
Habló con algún compañero que había estado antes para tener alguna referencia, pero, sobre todo, quería «descubrir la experiencia» por sí mismo, vivirla por su cuenta, añade. «Mi familia también tenía sus miedos y preocupaciones, pero saben como soy y me apoyaron desde el primer momento», apunta sobre la decisión. En principio, ha firmado por esta temporada, pero en función de cómo se vaya desarrollando todo, verá si se plantea o no seguir.
Por el momento, explica que su vida allí «gira en torno al fútbol». Vive con otros jugadores en un hotel donde acude al gimnasio y saca horas para los estudios de auxiliar de enfermería «y algún curso más» en el que está inmerso. «Lo que tengo de sobra aquí es tiempo. Mi día a día es eso, ir al gimnasio y entrenar por la noche, que es cuando hace más calor», comenta. La temperatura es lo que más cuesta arriba se le hace. «Es lo más complicado de la adaptación, porque te asfixia, pero te vas acostumbrando».
Detalla que el fútbol que se ha encontrado allí, donde juega en la segunda categoría del país y está acumulando muchos minutos, es «mucho más físico y esa es la principal diferencia». El trato con Salgado y Coira es «bueno y cercano, están siempre intentando ayudar, dentro y fuera del campo». Además, detalla que el club es humilde donde el trato entre todos es muy próximo.
Su trayectoria
Abalde, nacido en Etiopía, llegó a Vigo con cinco años y su primer equipo fue el Balaídos, donde dio sus primeras patadas al balón. Después, le fichó el Coruxo, donde estuvo cuatro temporadas antes de que se fijara en él el Celta, en el que aterrizó para formar parte del Infantil A. Fue quemando etapas hasta que, en juveniles, decidió aceptar la propuesta del Guijuelo. «Como ahora, suponía un reto, una experiencia fuera nueva de casa. Tenía la oportunidad de estar con el primer equipo y logré debutar en Segunda B, que fue algo importante para mí en ese momento», recuerda.
Pero el Celta volvió a contactar con él en el 2021 y la respuesta fue sí. «Consideraba que era positivo para seguir creciendo como jugador. Ya conocía el club, es mi casa, pasé allí estas dos temporadas y ahora estoy metido en otra nueva aventura», resume. En estas segunda etapa en Vigo tuvo, incluso, la oportunidad de entrenar en alguna ocasión con el primer equipo. «Estar delante de jugadores de Primera impone, pero pronto pierdes el nerviosismo; sabes que tienes la oportunidad para aprender de ellos y que te den consejos. Se portaron muy bien y fue una gran experiencia que creo que aproveché», dice.
El Celta, donde guarda amigos como Robert Carril, Tobías Reclusa -ambos en el C Gran Peña ahora- o Álex Comparada -cedido este curso en el Cartagena B-, es el club donde más tiempo estuvo y considera que es su casa. «Siempre tendré las puertas abiertas, le guardo un cariño especial. Es el club donde más tiempo estuve, donde más amigos hice. Todos los momentos allí, buenos y malos, forman parte de mí y me han hecho crecer como jugador y como persona», agradece. Ahora, trata de hacer lo propio, aunque a miles de kilómetros.